Al final los adalides de la libertad han conseguido enrarecer el ambiente hasta el punto de hacer que muchos escritores y muchos lectores se vayan de la blofosfera, algunos directamente decían que su aspiración era que las malas bitácoras cerrasen, otro decía que en su opinión el exceso de páginas irrelevantes quitaba funcionalidad a internet.
Eso es otro tipo de censura, forzar un ambiente lo suficientemente enrarecido para que la gente normal se asquee y se vaya. Dos bitácoras cerradas (que yo sepa) y no se sabe cuantos posibles lectores que habrán huido. Sin duda lo han consegido, enhorabuena.
Lo único que puedo decir es que debí aceptar aquel comentario que otros calificaron de pacto de silencio y conspiración de censura, debí callarme y no dar publicidad a los trolls, tengo mi parte de culpa en este estado de cosas que vivimos. Y desgraciadamente en el pecado está la penitencia, el cierre de esos dos blogs es mi penitencia.