No sé si he dicho que mi ahijada no es mi hija porque mi ex-madre me la robó. Aceptar que mi madre era la madre de mi hija era un poco complicado para mí, sobre todo si mi madre tiene unos cuantos años menos que yo...

Existía un problema añadido además para luchar por la custodia. Mi ex-mami tiene aficción a las armas blancas, cuanto más grandes mejor.

Si le pasan una espada corta pone esta cara...



Pero si la espada es de mayor tamaño, entonces ya hay que empezar a temblar...



En esas condiciones... mejor no le discuto la custoria, y apadrino a su hija... no es miedo sino prudencia.