Ultimamente he estado en bastantes jaleos, algo que en realidad no me gusta y me deja bastante mal cuerpo.
En los últimos días me han acusado de no querer atender a razones en tres ocasiones, y en las tres me he sentido molesto, creía ser lo bastante empático para saber cuando el otro tiene la razón, y lo bastante humilde para no enrocarme en mi opinión y no salir de ella. No sé, o estoy equivocado o lo están los demás. Como los otros son mayoría supongo que el equivocado soy yo.

Pero es que no lo entiendo, no sé en qué me equivoqué, sigo manteniendo mi postura porque sigo sin ver mi equivocación. Y cuando no consigo verla, ni los demás consiguen hacérmela ver, me pongo de muy mal humor, porque volvemos al inicio, significa que me encierro y mi cabreo me impide ver las posturas de los demás. Y eso es un rasgo de caracter que detesto, y que si es cierto me cuesta asumir.

O eso, o pienso que ellos se equivocan, y entonces me lamento de la injusticia.

En cualquiera de los dos casos prefiero dejar espacio para que se me pase el enfado, no quiero decir nada de lo que luego arrepentirme.