Estaba yo paseando tranquilamente cuando vi un gato, sí, un gatito lindo con la cara a dos colores, supongo que estaba acechando alguna presa pero si era eso yo no me di cuenta. Cual japonés sorprendido saqué mi cámara y le saqué una foto:



Sólo tras hacerle la foto y tratar que mirase hacia mí con un sonido gatuno (miiiichu) para poder sacarle mejor el rostro vi el pájaro que salía volando a unos metros del gato y en la dirección que marcaba su mirada.

Aquello no debió gustarle demasiado al felino, era evidente que estaba calculando si esa noche cenaría ave, porque decidió dedicarme un claro corte de manga: