Bueno yo no, aunque ver películas como la clásica con ese título casi casi consige ese efecto.

Os dejo otra de esas grandiosas comedias de la época dorada de Hollywood, esa época donde podías encontrarte a Cary Grant, Ginger Rogers y Marilyn Monroe en la misma película dirigidos por el magnífico Howard Hawks, para mí el mejor director de comedia de la historia (Su juego favorito, La fiera de mi niña, La novia era él, Los caballeros las prefieren rubias...)

La media docena de planos que dan a Cary y Ginger para que se luzcan ya merecen la película, interpretan papeles de adulto, adolescente, y niños; pero es que además tiene ritmo, muy buenos diálogos y una magnífica fotografía de esa que pasa desapercibida hasta que te das de cuenta que cada plano es perfecto (en ese sentido me recuerda a Sucedió una noche de Frank Capra) y un guión que hace que algo tan sumamente increíble cobre incluso sentido (excepto quizá la forma en que solucionan el problema del niño al final), algo difícil en una comedia tan enormemente absurda y disparatada.

Cary Grant, por cierto, hace el mismo papel que en La fiera de mi niña aunque la magnífica Ginger Rogers no consigue emular a su predecesora Katharine Hepburn como pareja del galán (algo por otro lado prácticamente imposible) Marilyn está simplemente encantadora como secretaria tonta, que no ingénua. El resto de los actores brillan a gran altura, incluso la mona (genial mezclando los ingredientes como si fuese un químico)

De las cosas que más me gustan de Hawks es que era increíblemente hábil para no destacar, en esta película (como en la mayoría) no hay nada que saque el protagonismo a sus actores, pero de algún extraño modo parece ser capaz de sacar de ellos todo lo que son capaces de ofrecer.

En resumen, de las mejores formas que se me ocurren de pasar una noche, al menos para los amantes del gran cine clásico.



Ah, está en el emule.