No pasa nada Sanchopanza, yo tampoco he podido seguir el debate que iniciaste en tu blog.
Si partimos de una premisa que es 'nosotros tenemos la razón porque Dios nos ha inspirado' podemos llegar a cualquier conclusión, al catolicismo de Sr. Sebastián o al fanatimos de Bin Laden, a cualquiera.
Para evitar eso hay un sistema de leyes que tratan de evitar excesos, uno de cuyos objetivos es que todos los hombres sean libres e iguales ante la ley. Eso implica entre otras cosas que alguien tiene derecho a creer en lo que quiera, mientras no se entrometa en la vida de los demás.
Puede, por ejemplo, no ser homosexual, ni casarse como homosexual, nadie lo obliga, o puede por ejemplo creer que un embrión es un ser humano y no abortar jamás. Nadie lo va a obligarse ni a ser homosexual, ni a casarse, ni a abotar. El estado de derecho le defiende su libertad de tener esas creecias y de ser consecuente con ellas.
Y otro puede ser homosexual, y pretender casarse, o creer que un embrión no es un ser humano y pretender abortar. Son creencias exactamente iguales que las del anterior, y el estado de derecho debe defender su libertad de tener esas otras creencias y llevarlas a cabo.
Sí, marco un límite, la DDHH de los Derechos Humanos.
Son creencias opuestas, y sin embargo perfectamente asumibles ambas dado que ambas tienen como foco el espacio privado de cada una de esas personas. Mientras se respeten las ajenas no tiene por que pasar nada.
Si se trata de justificarlas ambos pueden alegar naturaleza divina llegado el caso, porque ninguno de los dos tendrá jamás pruebas de que eso sea cierto. Y sin pruebas ese tipo de alegaciones son irrelevantes, el asesino puede alegar que mató por que Dios se lo mandó, pero como no lo pruebe irá a la cárcel.
Y el problema viene ahora, el PSOE está sacando leyes que permiten a todos tener sus creencias, los que no creen en matrimonios Gays pueden no casarse, y los que sí creen pueden hacerlo. Los que desean educación religiosa pueden hacerlo (fuera del horario escolar) y los que no la desean no tienen por que recibirla (dentro del horario escolar) y aprovechar esas horas para estudiar otras cosas que consideren más importantes (como por ejemplo una asignatura sobre Democracia, Estado, Sistema judicial y Derechos humanos) e incluir la religión donde debe estar, en las asignaturas de historia y de filosofía.
La iglesia en cambio, y Sr. Sebastián entre ellos, pretende que el estado limite las libertades de los demás, que no les permita casarse como Gays, ni abortar, ni prescindir de enseñanzas religiosas (la alternativa a la religión de la prupuesta del anterior gobierno era descaradamente religiosa en los contenidos) Ahí hay alguien que tiene unas creencias y que además pretende imponerlas al de enfrente, al que no tiene esas mismas creencias. Quiere que sus creencias particulares sean normas de convivencia obligatorias y defendidas por las leyes.
No sólo eso, se atreve a decir que sin esos condicionantes religiosos en el estado de derecho la democracia es imposible. Que los que no tenemos esas creencias somos incapaces de ser demócratas.
Y con más coña aún, quien pretende imponer esas creencias nos acusa a los demás de degenerar en imposiciones de mayorías prefabricadas.
Nadie les dice a ellos cómo han de vivir su vida, son ellos los que pretenden decirnos a los demás como hemos de vivirla y nos acusan de 'degenerar en imposiciones de mayorías prefabricadas'
Hombre, comprenderás que leerme luego un alegato a favor de la tolerancia me rresulta cuando menos cuestionable, me importa menos lo que digan que lo que hagan, y lo que están haciendo es atacar con todas sus armas leyes que dan libertad de elección a los ciudadanos.
Por cierto, tienen docenas de medios para explicar su propuesta de vida, nadie se lo impedido jamás, tienen miles y miles de iglesias, una en cada pueblo, para hacerlo, tienen medios de comunicación propios y todo el eco que quieran en los ajenos. Pueden decir lo que quieran sin censuras (aunque nos reservamos el derecho a réplica)
Lo que no pueden hacer es pretender que las leyes ilegalicen aquello en lo que ellos no creen. Si entran en eso me considero yo libre también de pedir la ilgalización de esa asociación del mismo modo que pediría la ilegalización de un partido nazi que hiciese campaño pro-expulsión de gentes que no sean de raza blanca. Cuando su explicación de modelo vital degenera en intentos de prohibir otros modelos es cuando la iglesia se sale de las reglas del juego, y el estado de derecho ha de defenderse de ese tipo de ataques.
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