Ayer tocó fiesta de empresa, apenas unos canapés pero mucha bebida.
Restulado: de los cuatro que fuimos en mi coche dos volvieron completamente borrachos, uno con una borrachera vacilona que me daba una cierta vergüenza ajena, pidiendo sexo a todas las mujeres que veía por la calle.
El otro en cambio tenía serios síntomas de envenamiento, cada vez que su estómago conseguía producir unas gotas de bilis se revolvía como un ser vivo obligándose a vomitarlo, en un vano intento de echar fuera del cuerpo el veneno ingerido, así que hubo que parar cuatro veces en el trayecto para que vomitase (ya había vomitado varias veces antes de subir al coche) En la última no me dio tiempo a parar y vomitó con medio cuerpo fuera de la ventanilla (hoy he tenido que lavarlo para quitarle los regueros que habían quedado marcados desde la puerta delantera del pasajero hasta el tubo de escape) Tenía la cara horriblemente hinchada tras los múltiples esfuerzos por expulsar el contenido de su estómago, y la garganta completamente irritada.
Soy un anticuado, lo reconozco, pero no comprendo demasiado bien la gracia de terminar así. Ni tampoco demasiado los gestos de comprensión/admiración hacia alguien que llega a ese estado (a mí me daban ganas de darles unas ostias para que espabilasen) No hay épica en la gran borrachera, o yo al menos no se la encuentro.
Restulado: de los cuatro que fuimos en mi coche dos volvieron completamente borrachos, uno con una borrachera vacilona que me daba una cierta vergüenza ajena, pidiendo sexo a todas las mujeres que veía por la calle.
El otro en cambio tenía serios síntomas de envenamiento, cada vez que su estómago conseguía producir unas gotas de bilis se revolvía como un ser vivo obligándose a vomitarlo, en un vano intento de echar fuera del cuerpo el veneno ingerido, así que hubo que parar cuatro veces en el trayecto para que vomitase (ya había vomitado varias veces antes de subir al coche) En la última no me dio tiempo a parar y vomitó con medio cuerpo fuera de la ventanilla (hoy he tenido que lavarlo para quitarle los regueros que habían quedado marcados desde la puerta delantera del pasajero hasta el tubo de escape) Tenía la cara horriblemente hinchada tras los múltiples esfuerzos por expulsar el contenido de su estómago, y la garganta completamente irritada.
Soy un anticuado, lo reconozco, pero no comprendo demasiado bien la gracia de terminar así. Ni tampoco demasiado los gestos de comprensión/admiración hacia alguien que llega a ese estado (a mí me daban ganas de darles unas ostias para que espabilasen) No hay épica en la gran borrachera, o yo al menos no se la encuentro.
01:00 del 2004-12-25 #
1 Comentarios