Eso, y otro igual, son el resultado de mi primer pan casero. Está recién sacado de la panificadora, así que le toca media hora a enfriar y deshumedecer. No es conveniente comer el pan caliente, que luego sienta mal.
Parece poco tostado porque lo está, en casa gusta más el pan poco hecho, pero ha salido de maravilla. Eso sí, al final no tenía poca levadura sino demasiada, he tenido que cortarle un pedazo de masa antes que desbordase el molde, con la que he hecho una pequeña torta en la sartén que estaba riquísima.
Ha salido enormemente esponjoso (demasiada levadura) aunque muy tierno y sabroso, un poquito dulce (¿demasiado azúcar?) La próxima vez pediré el tueste medio (hay tres niveles) y espero no fallar con las cantidades, a ver si tengo ya una balanza nueva.
En todo caso, mi primera experiencia la califico de notable, ahora toca depurar errores y comenzar con las recetas complejas, el siguiente, probablemente, el de tomate orégano y parmesano, y el siguiente será el de Guiness (sí, la cerveza), o quizá empiece con una Brioche...
Ya veremos.