Reproduzco una columna de opinión que dice cosas parecidas a las que he estado diciendo yo (por eso la copy-pasteo, por supuesto):
La pinza y la trampa
Por Manuel Hidalgo
El Mundo
28/01/05, 08.08 horas
Los hechos. La AVT convocó por su cuenta una manifestación bajo el lema «Memoria, dignidad y justicia para todas las víctimas del terrorismo». El PP de Madrid animó por carta a sus militantes a acudir a dicha manifestación para, entre otras cosas, exteriorizar su protesta contra el Gobierno socialista «por las excarcelaciones de asesinos etarras, gracias al Código Penal que el Gobierno socialista aprobó y a su incapacidad actual para evitar su salida de las cárceles».
Sin poder pasar por alto que esta argumentación es falaz y tendenciosa -ya que los presos, etarras o no, salen o dejan de salir de la cárcel en función de las leyes y bajo el control independiente de los jueces, con la excepción de los indultos u otros mecanismos excepcionales-, el desaguisado ya estaba servido mediante la concurrencia en rigor disonante de los mensajes de la AVT y el PP de Madrid. Pero la AVT ponía el suelo para que el PP hiciera su pirueta y el PP hizo su pirueta en el suelo que la AVT le colocó.
Como esta pinza tiene sobradísimos antecedentes, sucedieron, por lo menos, dos cosas: una, que muchísima ciudadanía -dispuesta a dar la cara en Madrid contra el terrorismo- no se prestó a la manipulación del dolor y del rechazo de la violencia en beneficio de una opción política partidaria y en contra de otra; y, dos, que, con ojo certero, tampoco se prestaron diversas personalidades: unas, porque se vieron al instante como el muñeco que iba a recibir los palos, y otras, porque, además, con gran sensatez, consideraron peligroso e inmoral el juego planteado.
Entre estas últimas, Rajoy. Acebes farfulló -literalmente- explicaciones sobre la no presencia de Rajoy -aunque exigía la de Zapatero-, mientras que Rajoy hizo lo que debía: no desvincularse de la propuesta de colaboración con el Gobierno que acababa de escenificar días atrás ni tampoco del espíritu y la letra del Pacto Anti-terrorista que la carta de sus correligionarios madrileños -cabe pensar que para su disgusto- viola.
Ante el carácter de manifestación trampa -que diría Mayor Oreja- que el asunto tenía, está entre el cinismo y el delirio empeñarse en pretender la presencia de Zapatero y Peces-Barba para que recibieran mansamente las protestas solicitadas en la carta, y encima del bracete de Acebes que las avalaba. Y es suponer tonto a todo el mundo argumentar que el ambiente se calentó por estas ausencias y no por la explícita letra de la carta popular.
O sea, si vas (Bono, Díez), te insultan como está previsto. Y, si no vas, también. Esto ya es muy viejo y muy sabido. Mejor, no ir, te ahorras los empujones y quizá, un día, algo más. Hay cosas más esenciales en juego, pero, a título personal, no deja de entristecerme, en atención a la memoria histórica, que la figura de un hombre de la trayectoria y la entidad de Peces-Barba esté siendo zarandeada de esta manera. Eso no lo harían jamás los viejos políticos de la UCD y, si me apuran, de AP, empezando por Fraga. Sorpresas te da la vida, imprevisibles añoranzas.
Fuente: http://www.elmundo.es/diario/opinion/1749807.html
La pinza y la trampa
Por Manuel Hidalgo
El Mundo
28/01/05, 08.08 horas
Los hechos. La AVT convocó por su cuenta una manifestación bajo el lema «Memoria, dignidad y justicia para todas las víctimas del terrorismo». El PP de Madrid animó por carta a sus militantes a acudir a dicha manifestación para, entre otras cosas, exteriorizar su protesta contra el Gobierno socialista «por las excarcelaciones de asesinos etarras, gracias al Código Penal que el Gobierno socialista aprobó y a su incapacidad actual para evitar su salida de las cárceles».
Sin poder pasar por alto que esta argumentación es falaz y tendenciosa -ya que los presos, etarras o no, salen o dejan de salir de la cárcel en función de las leyes y bajo el control independiente de los jueces, con la excepción de los indultos u otros mecanismos excepcionales-, el desaguisado ya estaba servido mediante la concurrencia en rigor disonante de los mensajes de la AVT y el PP de Madrid. Pero la AVT ponía el suelo para que el PP hiciera su pirueta y el PP hizo su pirueta en el suelo que la AVT le colocó.
Como esta pinza tiene sobradísimos antecedentes, sucedieron, por lo menos, dos cosas: una, que muchísima ciudadanía -dispuesta a dar la cara en Madrid contra el terrorismo- no se prestó a la manipulación del dolor y del rechazo de la violencia en beneficio de una opción política partidaria y en contra de otra; y, dos, que, con ojo certero, tampoco se prestaron diversas personalidades: unas, porque se vieron al instante como el muñeco que iba a recibir los palos, y otras, porque, además, con gran sensatez, consideraron peligroso e inmoral el juego planteado.
Entre estas últimas, Rajoy. Acebes farfulló -literalmente- explicaciones sobre la no presencia de Rajoy -aunque exigía la de Zapatero-, mientras que Rajoy hizo lo que debía: no desvincularse de la propuesta de colaboración con el Gobierno que acababa de escenificar días atrás ni tampoco del espíritu y la letra del Pacto Anti-terrorista que la carta de sus correligionarios madrileños -cabe pensar que para su disgusto- viola.
Ante el carácter de manifestación trampa -que diría Mayor Oreja- que el asunto tenía, está entre el cinismo y el delirio empeñarse en pretender la presencia de Zapatero y Peces-Barba para que recibieran mansamente las protestas solicitadas en la carta, y encima del bracete de Acebes que las avalaba. Y es suponer tonto a todo el mundo argumentar que el ambiente se calentó por estas ausencias y no por la explícita letra de la carta popular.
O sea, si vas (Bono, Díez), te insultan como está previsto. Y, si no vas, también. Esto ya es muy viejo y muy sabido. Mejor, no ir, te ahorras los empujones y quizá, un día, algo más. Hay cosas más esenciales en juego, pero, a título personal, no deja de entristecerme, en atención a la memoria histórica, que la figura de un hombre de la trayectoria y la entidad de Peces-Barba esté siendo zarandeada de esta manera. Eso no lo harían jamás los viejos políticos de la UCD y, si me apuran, de AP, empezando por Fraga. Sorpresas te da la vida, imprevisibles añoranzas.
Fuente: http://www.elmundo.es/diario/opinion/1749807.html
01:00 del 2005-01-28 #
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