La carta de puede buscar por ahí, yo la he leído y me niego a reproducirla en consideración a quien lea ésto. En todo caso David Gistau ha tenido un periódico de gran tirada para dar su opinión.
He aquí la respuesta del hermano de José Couso, que me ha llegado a través de Martin Pawley, esta carta no ha llegado a ser publicada en el apartado de cartas del lector de ese pseudo-periódico, así que en la medida de mis pequeñas posibilidades le ofrezco esta bitácora para otorgarle un mínimo derecho de réplica que el periodicucho ese la ha negado:
El señor David Gistau en su columna del día 10 de marzo de 2005,
después de confesarnos que nunca ha estado en más zona de combate que
sus jueguecitos bélicos cibernéticos, se permite el lujo de teorizar
acerca de cosas que desconoce de manera absoluta e imparte cátedra
sobre el asesinato de mi hermano.
Yo que sí que he estado en zona de combate, y conozco, a través mi
padre (Oficial Superior de la Armada) y de otros familiares cercanos,
también Oficiales Superiores del Ejército de Tierra, los usos y
métodos de las unidades militares en combate, y además, he tenido que
documentarme a fondo sobre los hechos sucedidos -cosa que Ud. no ha
hecho-, me permito hacerle las siguientes consideraciones:
1ª.- Quien mandaba el carro de combate que disparó sobre al Hotel
Palestina era un sargento profesional con muchos años de experiencia y
no un "chaval rebosante de miedos.". Era un soldado curtido, que
cumplió una orden superior.
2ª- Que el visor de un carro de combate M-1 Abrahams es capaz de
señalar, con claridad, objetivos a 4 Km. de distancia.
3ª- Que el disparo se produjo en ausencia de combates; por lo menos en
los 35 minutos anteriores a éste y después de 10 minutos de permanecer
apuntando al Hotel.
4ª- Que, según los protocolos del Manual de Combate Urbano del
Ejército de los EE.UU., antes de disparar sobre un edificio civil, se
debe informar a las Secciones G-2 y G-3 (Información y Operaciones)
del Estado Mayor y lo debe autorizar el propio general jefe de la
División. Ambas secciones tenían perfecto conocimiento de que el Hotel
albergada a tres centenares de periodistas internacionales. Es decir,
según la Convención de Ginebra, era un edificio de carácter CIVIL. Se
trata, pues de una clara vulneración del Derecho Internacional de la
Guerra.
Si después de estas matizaciones quiere usted seguir jugando a las
columnas de gracia simplona y desea seguir contribuyendo a la fácil
coartada de la "politización", hágalo, pero no ponga en duda mí
legitimidad o la de mi familia para intentar el esclarecimiento de lo
que de verdad pasó aquel fatídico 8 de abril.
Mientras tanto, usted, David, siga jugando a la guerra cibernética.
Javier Couso Permuy, hermano del periodista asesinado José Couso.