Soy un ser de la luz, definitivamente, mi ánimo medra con el sol y con los verdes y azules brillantes y nítidos que me encuentro en un día soleado. No quiere decir que descarte lo demás, la lluvia tras un cristal o paseando por la zona vieja de Santiago me provoca un fuerte sentimiento de nostalgia, una tormenta fuerte y poderosa es capaz de erizar mis pelos y no sólo por la electricidad estática, una noche de estrellas me resulta sobrecogedora hasta el punto de que me haría pensar en dios si creyese en él, la nieve me provoca una fuerte sensación de regocijo, y me siento como un niño queriendo jugar con ella, y la luna llena hace que sienta ganas de aullarle.
Pero soy un ser de la luz y del sol, me encanta una brisa tibia, y la cálida sensación de los rayos del gran padre en mi piel mientras me oritento hacia él con los párpados cerrados por unos segundos.
Y me gustan los robles y la hierba de primavera en un día de fuerte sol tras un período de lluvias, y caminar por los bosques y escuchar su maravillosa banda sonora de amantes que comparten mi regocijo con sus trinos. Y el cielo, no hay color más bello que el del cielo a mediodía cuando miras hacia el norte, con alguna nube de color blanco para que realce más el azul que la rodea.
Sí, hoy he sentido llegar la primaver con una mañana gloriosa.
