El muy, por mí admirado sabio Irichc, porque conozco su agudeza logica y su inabarcable cultura, nos ha dado consejos tan maravillosos, probablemente soplados en sus neuronas por el Espíritu Santo, y se apoya en una definición del amor – con rasgos esenciales e irrenunciables como afirma.
Pero esta vez me ha dejado totalmente perplejo, tanto que como no tengo a mano la Guía de Perplejos de Maimónides, las preguntas se las tengo que hacer a él mismo.
1) La Conclusión “Lo principal en él es que se pretenda perpetuo, no sólo provisional o indefinido en el tiempo” se basaría en la Premisa, “pues en este caso significa que es y no es, que se afirma y se niega. Como el Ser de Parménides, el amor no puede mudarse en su opuesto ni estar sometido a las contingencias del tiempo.” –
Vamos a ver, porque ahí no está todo tan claro. Me parece que Irichc quiere dar una “razón” o “argumento” de la inmutabilidad del amor, de no estar sometido a la contingencia. Pero eso es precisamente lo que no acabo de ver: lo no-contingente es el absoluto o necesario (parece que Irichc admitía esto en algún otro lugar). Y en la interpretación católica de la Religión, ese absoluto y necesario (no contingente) es lo que llaman Dios (los mulsumanes, con la misma filosofía heredada de Grecia le llaman Ala – y hay más variantes de nombres). Por tanto para Irich el amor es Dios automáticamente. Y entonces lo que la gente llama amor, es decir una relación interpersonal construida en “comunicación” que esencialmente es “contingente” (para empezar, como sabemos, la comprensión de lo que A dice a B por parte de éste siempre es contingente: a veces se comprende lo que dice el otro a veces no...), pues ni siquiera podemos llamarla ya amor. Es decir, que es una lástima que Jesús no escuchara antes lo de Parménides interpretado por Irichc, pues entonces no habría dicho un sin-sentido, como es poner como primer mandamiento “amar”.
Buscando de todas formas otra posibilidad de interpretarle: podría ser la de que seres finitos y contingentes, los humanos, pudiéramos incluso realizar ese proceso no-contingente: Eso sería maravilloso: convertirnos en creadores de Dios - cuando una novia pide a su novio “hagamos el amor” – pues entonces van a crear a Dios --- pero esta salida es poco metafísica, la verdad.
2) Sobre la intención de reciprocidad Irich afirma que eso distingue el verdadero “amor” frente a la instrumentalización.
Este segundo argumento se basa pues en que el “concepto de reciprocidad” excluye al “concepto de reciprocidad”, o formulado más exactamente: la intensión, algo muy diferente de la extensión de un concepto, del concepto ‘reciprocidad’ es contradictoria con la intensión del concepto de ‘instrumentalización’. Ante este argumento o tesis de Irich, escolásticamente podemos recurrir a un “Distinguo”. Reciprocidad excluye Instrumentación en el mismo sentido, Concedo; Reciprocidad excluye Instrum. En otro sentido, No queda probado. Y lo aclaro algo más despacio:
‘Recíproca’ solemos llamar a una relación lógicamente simétrica: por ejemplo, si A odia a B, B odia a A; o: si A es superior a B, B es superior a B. ... algo imposible, lo que muestra las limitaciones de una relación que no se puede aplicar siempre y a todo. Ahora bien, si “instrumentalizar” es utilizar a otro ente (objeto o persona, como sucedía con los esclavos antes y hoy con los asalariados ) en provecho de la otra parte, y esa relación es ciertamente asimétrica: no es igual utilizar que ser utilizado. Pero eso también tiene sus límites reales. Irich debería demostrar que dos, A y B, no pueden utilizarse mutuamente como instrumentos- aunque fuera en distintos aspectos. Por desgracia, en las relaciones humanas, tenemos el caso de parejas en que ambas partes “utilizan” al otro. O sea que la tesis de Irich de que “reciprocidad” excluye “instrumentalización” no se prueba.
Como lo dejó sin formular, debemos suponer que lo que quería decir Irichc es que AMOR es un concepto que tiene en sus elementos intensionales al de Reciprocidad (junto a otros elementos). Pero dado que reciprocidad no excluye conceptualmente a instrumentalización, podría haber recurrido a otra forma de demostrar que AMOR excluye Instrumentalización. Y en eso si hubiera recordado a Kant y su principio (imperativo categórico) de que No podemos tomar al prójimo nunca como objeto..... pues lo tendría mucho más fácil. Pero dado que el Creador no exige a los mortales saber ni metafísica ni kantismo, pero les ha dado la “synderesis” (vamos: el sentido común de discernir lo bueno y malo, lo útil y lo dañino etc.), a esos mortales les basta recordar cómo les han querido otros, o como ellos mismos quieren – y entonces tienen clarísimo que Amor excluye ese tratar al otro como objeto – Y lo que no veo es por qué semejante amor tenga la limitación de la igualdad o disimilitud de cromosomas entre varón y mujer...
Es lamentable realmente la ausencia de un argumento para demostrar que la igualdad de sexos excluye el amor. Pero por otro lado, si AMOR quedara excluido por esa igualdad de cromosomas, entonces vuelve a ser una desgracia que Jesús al imponer su mandato del Amor no lo restringiera a los que tienen distintos cromosomas.
El argumento 3) presenta otras dificultades que uno tampoco ve como aclarar, por eso estoy tan perplejo:
Tesis: “la suficiencia presupone la reciprocidad”.
Prueba: “toda acción tiene un sujeto y -al menos- un objeto” . Ahora bien, en las acciones recíprocas el sujeto deviene objeto y el objeto sujeto al mismo tiempo. Con todo, si bien se admite sin problemas que no puede haber más de un sujeto en una acción, no obstante se podría replicar que sí es posible que haya más de un objeto comprendido en la acción del primero.
Sin embargo, eso no sirve para las acciones recíprocas, entre las que el amor se encuentra (por el punto 2). Demuéstrase: si A pudiese amar a B, C y D en conjunto, habría una acción; pero si B, C y D amaran recíprocamente a A, habría tres acciones más. Y si sólo uno de los tres ama, entonces la reciprocidad es incompleta.
Perdona Irich, debemos interpretarte en el sentido de que quieres demostrar que ”suficiencia” es igual a “no-incompleta” (suponemos que se trata de la relación-Amor, o si no de qué?) .
Lógicamente esto está bastante liado, Irichc. Desde luego en un ser finito y contingente como creo admites somos los humanos, podemos presuponer que sería un sin sentido volver a pedirnos cualidades que atribuimos al infinito – del que por contraste a lo que somos (las únicas definiciones de lo divino, como absoluto y necesario precisamente se hacen “negando” lo que sí palpamos; nuestras limitaciones de finitud y contingencia).
Pero luego viene el resto de tu argumentacíón “Entonces el dilema en que nos encontramos es que o bien el amor de A es insuficiente, ya que no es correspondido en su totalidad, o bien lo es porque no puede corresponder igualmente, esto es, con una sola acción, a tres objetos distintos, B, C y D.”
Perdona, dices, que “o el amor de A es insuficiente” lo que si es amor de un ser humano contingente y finito, no hay forma de que no lo sea, y lógicamente, como sabe todo el que ha vivido un amor (se te olvidó esa vivencia, suponemos) por más que se quieran dos amantes, la “perfección” nunca se alcanza. A eso me dirás que sí, que en el reino de las ideas platónicas, fuera de la caverna, si que hay perfección – pero eso o es una bella abstracción o es el cielo de los teólogos... y los humanos estamos en la tierra todavía, Irichc.
Y luego añades el topos de la “fragmentación”: como si el amor tuviera magnitudes medibles físicamente – realmente, debiste ser hijo único. Los padres pueden “amar” sin que se produzca esa pugna entre sus amores, que también, por ser humanos, sólo realizan normalmente algunas de sus potencialidades (finitud y contingencia que parece se te olvidan).
Luego viene una afirmación, que no demuestras, sobre la diferencia del amor familiar al amor erótico. Una pena verdaderamente que falte esa prueba. Lo que dices, “el primero no admite separación sin trauma, y los segundos sí. Es decir, no damos una amistad por terminada tras años de incomunicación, pero si el amor erótico no se renueva o actualiza, perece, y lo hace siempre de forma dolorosa”, son meras afirmaciones tuyas, basadas en tus vivencias quizá, pero que deberías probar también se da en “todos” los casos.
Finalmente, vienes a atacar la pretensión de los homosexuales de poder amarse. Y afirmas, sin más demostración, que sus uniones no están basadas en el amor. Realmente, parece que conoces pocas parejas hetero- o homosexuales, y que hasta ahora si has tenido relaciones homosexuales debieron ser muy instrumentalizadoras y objetivizantes, en que el otro más o menos sólo te debió servir de vibrador mecánico. Por favor no universalices experiencias o ensoñaciones tuyas a todos los casos. Aparte de que también pre-supones, como es habitual en tu argumentación, sin pruebas que el amor entre personas del mismo sexo no puede ser sino pasajero. De esto se reirán muchos que conocemos parejas de muchos decenios de duración y que persisten.
Y hay otro argumento más problemático. El de que el recurso a la adopción incumple ese “principio” de suficiencia que ya hemos visto arriba no tiene ni siquiera lógica.
Al final formulas una simple sospecha, que va contra el principio legal de la presunción de inocencia: “el riesgo de confusión y pederastia que eso implica”.
La explicación de que un argumentante como tu, que en otros casos muestra su capacidad mental, haya llegado aquí a tantas incoherencias se puede buscar en varias dimensiones. Yo no soy psicólogo clínico, pero por lo que dices, un psicoanalista vería que tienes reprimidas tus, de suyo nada malas, tendencias homosexuales, y lógicamente demonizas este tipo de realización humana del amor en que no actúan solo hormonas y genitales sino mucho más las neuronas cerebrales (somos cuerpos pensantes, no espíritus puros encadenados en la carne, como decían los gnósticos). Quizá un simple test proyectivo desenmascaría esas tácticas de tu subconsciente y te encaminara a una actitud más “completa” --- menos castrada evidentemente.
No hace falta pues mucho esfuerzo intelectual para ver que tu Conclusión final: “el amor homosexual con relaciones carnales es imposible, amén de desviado y socialmente nocivo. Conceder derechos extras a este respecto carece de justificación.”, tiene dos fallos lógicos, por un lado constituye una simple “petitio principii”: afirmas que la relación es mala, porque es mala (desviada y nociva); por otro, afirmas que es imposible lo que al mismo tiempo afirmas existe.
Si quieres hacemos una cuestación los del blog y te ayudamos a una buena psicoterapia, Irichc, y verás como en 15 años cuando ya vayas aprendiendo algo (es el mínimo que decía Woody Allen) tu mismo puedes tambien vivir el Amor como comunicación espiritual-carnal. Es uno de los regalos de Dios.
Saludos.
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