Pueden ser el número de días del mes.

El número de días de vacaciones.

Puede ser la edad a partir de la cual te planteas dejar de comportarte como un adolescente.

Puede ser el dinero que te queda para llegar a fin de mes, o el que llevas esta noche para tomar copas.

Puede ser el tamaño que dices tener cuando te pregunta una chica, o el de chicas con las que dices que te has acostado.

Puede ser el número de horas seguidas que has estado viendo anime o jugando al Doom en línea.

Puede ser el número de críos a los que soportas en tu clase.

Puede ser el número de asistentes a tu última obra de teatro, esa a la que os habéis dedicado los últimos seis meses de ensayos.

Puede ser el número de empleados de tu empresa, o el número de los que piensas echar para cuadrar las cuentas.

O puede ser el número de puntos por los que terminas perdiendo el partido por el bronce europeo.

Hoy me quedo con esto último.