Asistimos absolutamente estupefactos, aquellos que seguimos un poco el mundo del deporte, a como un club como la Juventus de Turín, bicampeón de la liga italiana de furbo, puede ser despojada de su título y enviada al equivalente a la segunda división B. Y todo tras demostrarse que su director general realizaba una labor mucho más propia de un mafioso que de un director deportivo. Árbitros y rivales comprados por todos lados, partidos amañados, amenazas... Partidos en que a un árbitro se le señalaban a qué jugadores tenía que expulsar para que en la jornada siguiente no se enfrentasen a la Juve.
Y hoy por la tarde, cuando me subo al coche tras una jornada tardía de trabajo, me encuentro que ha sido detenido Manolo Saiz (director deportivo de varios equipos de fútbol) y varios personajes más relacionados con el mundo del ciclismo (incluyendo el famoso médico Eufemiano Fuentes) por lo que parece una red dedicada al dopaje de ciclistas de élite.
El deporte de élite tiene esa parte negra, absolutamente deleznable, que hace que los que ahora son ídolos mañana sean simples delincuentes, como sucedió hace un par de décadas con los iconos del pelotazo bancario.
Triste final, pero justo final.
21:12 del 2006-05-23 #
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