Aparte de los vetustos y despreciables argumentos contra las bodas homosexuales (eso de que si todos se casan el matrimonio religioso pierde su sentido) lo que más gracia me hace es que le dicen que como católico ha de obedecer al papa, por encima de su deber como cargo político (que ha de cumplir la ley)
Sigo insistiendo en que es cierto, los políticos católicos convencidos deben anteponer su religión a su deber, y por lo tanto deben apartarse de sus funciones públicas. O dicho de otro modo, un alcalde que se niega a cumplir la ley debe dejar de ser alcalde. Y los alcaldes católicos deberían negarse a cumplir esa ley en concreto.
O eso, o apostatar, o que los excomulguen... La iglesia tampoco es coherente en eso, porque se contenta con amenazar, en vez de expulsar a los infieles, como debiera hacerse. No es católico quien reiteradamente peca sin el más mínimo rastro de arrepentimiento.
Señores de la ICAR, comiencen a ser consecuentes con lo que predican y expulsen de su seno a toda persona que se divorcie, a todo el que aborte, a todo el que oficie un matrimonio homosexual y, si es posible, a todo el que use un condón.
Más sobre lo dicho por el arzobispado.