De los libros creo poder defender que son realmente buenos, arrancando de la mas tradicional literatura inglesa infantil (Los 5, los Hollister...) y de la no menos tradicional literatura fantástica ha sabido modernizar ambos géneros a los tiempos actuales. De hecho ha conseguido lo que a muchos profesores le parecía imposible, y es que muchos de sus alumnos analfabetos funcionales (que solo leen aquello que se ven obligados a leer) decidan leerse cuatro libros de tamaño creciente.
Son libros infantiles, pero sin embargo yo veo un claro punto de ruptura entre los dos primeros y los dos siguientes, de hecho el inicio del último es un fragmento de libro de terror que me ha recordado algunos cuentos de Stephen King, y la muerte y la tortura campan por todo el libro. Veremos que hace J.K. con el quinto libro para saber si continúa esa tendencia hacia un enfoque mas adolescente o no.
Hay dos cosas que me encantan en esta serie, por un lado el humor, presente en casi todo momento en los primeros libros y a ratos en los últimos (donde ese punto de oscuridad que le ha dado lo ha eliminado de muchos capítulos) y la ácida crítica social, donde se mete con saña con vividores de las revistas del corazón, periodistas de este mismo género, adivinadores de tres al cuarto e incluso con políticos (el ministro de magia no es precisamente un dechado de virtudes). También es muy divertida la parodia que hace del clásico conservador inglés (los Dursley) y de la no menos tradicional nobleza (aquí representada por las familias que no tienen sangre muggle). Hay moralina en los libros, pero también mucha crítica social.
Había pensado en poner enlaces a las mejores webs de temática Potteriana, pero hay quien lo ha hecho ya por mi. Podeis ver esos enlaces en el blog de J.Cantero.
Por cierto, aunque los libros sean de Harry Potter, no cabe duda que la auténtica heroina es Hermione que es quien aporta un poco de inteligencia y tesón.
Y sin duda el momento cumbre de toda la serie es la espantada que da Hermione la escéptica (increíble, una esceptica en una escuela de magia) en clase de adivinación. Buenísimo como explica en cada intervención de la profesora lo obvio de sus predicciones:
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�Bueno, de verdad... los hados le han informado... ¿Quién pone el examen? ¡Ella!
¡Qué predicción tan asombrosa! �dijo, sin preocuparse de bajar la voz.
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