Es lo que tienen las obras, que siempre las construyen a medias el escritor y el lector, que dejan de pertenecer a uno cuando las lee otro, y en ese momento pasan a ser algo conjunto. Así que me da igual como es la persona, porque a mí me cae bien el personaje con el que comparto determinadas lecturas.
Retomo camino, me cae bien por cosas como
ésta.
Y es que hay cosas que ya rondan lo criminal.