En ese pequeño ayuntamiento se convocó una plaza de categoría A (sobre 2500 ? al mes de sueldo) para una plaza de archivero, una plaza que en un ayuntamiento mucho más grande como es el de Santiago realiza un técnico de categoria B (no sé el sueldo, pero bastante menos)
La plaza se la dieron a una señora, curiosamente la mujer del alcalde de un ayuntamiento vecino, y más curiosamente todavía, con un alcalde del mismo partido. Y más curiosamente todavía, de un ayuntamiento vecino donde la sobrina del alcalde de ese pequeño ayuntamiento había conseguido una plaza de funcionaria (uys, como huele esto a cruce de favores...)
El caso es que la señora gana la plaza, está quince días, y por medio a una comisión de servicios se va de directora del DOGA. Esa plaza, que por lo visto requería una persona de gran formación (categoría A) no es cubierta durante año y medio ni siquiera temporalmente (si no era necesario un substituto en un período tan largo, parece que ni siquiera hacía falta la plaza original, y menos de categoría A)
Sigamos... esa señora que dirigía el DOGA tras conseguir aquella plaza... es convertida en Jefa de Servicio del DOGA cuando el gobierno regional está en funciones, pues ya había perdido las elecciones y se esperaba a la toma de poder del nuevo gobierno.
A eso le llamo yo hacer carrera: Su marido del PP la mete de funcionaria con un gran sueldo en el ayuntamiento vecino del mismo color, no está ni dos semanas (ni falta que le hace, ese ayuntamiento no necesita un archivero) y se va a dirigir el DOGA, antes que entre el nuevo gobierno la hacen jefa de servicio.
¿No está mal verdad?
La justicia ha revocado este último cargo por haber sido dado durante un gobierno provisional.
Ahora vuelve a hacer de archivera.
Y la oposición se muestra feliz porque le anulen el cargo injustamente concedido, pero dolidos por tener que mantener un sueldo muy alto a alguien cuyas funciones serán... nada (la prueba es que cuando se fue nadie necesitó un substituto). 2500 o 3000 euros cada mes en un ayuntamiento pequeñito es muchísimo dinero, es un dinero que daría para muchas otras cosas muy necesarias.
Pero es funcionaria, nadie puede quitarle ya el cargo, nadie puede echarla, nadie puede demostrar que se le creó la plaza y se le adjudicó a ella por devolver un favor. Ya no se puede hacer nada por evitar un simple parásito del dinero público.
Nada, no se puede hacer nada.
En fin, yo estoy buscando trabajo, es casi seguro que tendré que emigrar. Desgraciadamente a mí no me crean un puesto a mi medida. Desgraciadamente, con mi trabajo pagaré, en último término, una parte del sueldo de esa señora, y de otros muchos como ella metidos a dedo en las distintas administraciones, con sueldos altos y productividad nula.
Hay momentos en que sueño con La Revolución.