Y fue alucinante, porque el cielo estaba nublado. Desde mi ventana vi una luz que iluminaba las nubes desde atrás, de color rojizo, en trayectoria descendente (unos 15 grados de inclinación y aproximadamente unos 30 de altura sobre el horizonte) Nordeste - Suroeste, y que cubrió al menos unos ventitantos grados (a lo ancho) de cielo dejando una amplia estela.
Ignoro el grosor de la capa de nubes, pero debió ser un bólido de los buenos por lo poco que la hídrica atmósfera gallega tuvo a bien mostrarme.
Pedí como deseo la paz en el mundo, que no se diga que no soy un tipo generoso con los deseos que pido.