Obra de teatro, en libro, o en cine. En todos los modos me parece extraordinaria. Aquí os dejo uno de mis fragmentos favoritos.
Sí, es que la volví a ver ayer, en la versión de Kenneth Brannagh y Emma Thompson. Versión que me encanta porque además está rodada con un encantador estallido de luz en casi todas las escenas.
DON PEDRO.—Antes de morir, he de verte palidecer de amor.
BENEDICTO.—Me veréis palidecer de cólera, de enfermedad o de hambre, señor; pero no de amor. Si me demostráis alguna vez que el amor me ha quitado más sangre de la que pueda recobrar con la bebida, sacadme los ojos con la pluma de un coplero y colgadme a la puerta de un burdel como signo del ciego Cupido.
DON PEDRO.—Bien; pues si no quebrantas esa fe, proporcionarás un lindo tema de discurso.
BENEDICTO.—Si la quebranto, colgadme en una botella como a un gato y tirad al blanco sobre mí; y al que me acertare, dadle una palmada en el hombro y llamadle Adán.
DON PEDRO.—Bien, como aventura el tiempo: Tiempo llegará en que el toro salvaje se entregue al yugo.
BENEDICTO.—El toro salvaje puede; pero si el prudente Benedicto se entregara, arrancadle los cuernos al toro e incrustádmelos en la frente; y que me retrate luego un pintor de brocha gorda; y tal como suele escribirse en gruesos caracteres: «Aquí se alquila un buen caballo», poned debajo de mi efigie: «Aquí podéis ver a Benedicto, el hombre casado».
CLAUDIO.—Si la ocasión llega, serás un cornudo furioso.
DON PEDRO.—Pues si Cupido no ha vaciado por completo su aljaba en Venecia, prepárate a temblar.
BENEDICTO.—Antes temblará la tierra.
Sí, es que la volví a ver ayer, en la versión de Kenneth Brannagh y Emma Thompson. Versión que me encanta porque además está rodada con un encantador estallido de luz en casi todas las escenas.
10:11 del 2008-07-28 #
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