Como muchas otras cosas, la II república y la guerra civil me obsesionaron un tiempo, a resultas del cual compré algunos libros, me informé en algunas webs, hablé con alguna gente. Como en muchas otras cosas, el tiempo impide dedicarse por completo a algo que te interesa y terminé quedándome, como tantos otros, en un conocimiento bastante imperfecto. Llegué sin embargo a algunas conclusiones, y la más profunda de ellas fue seguramente la rabia contenida que me provocó la defunción de una oportunidad histórica. La España actual habría sido muy diferente si los fascistas no hubiesen dado un golpe de estado, si hubiésemos tenido el apoyo de las democracias vecinas como el otro bando tuvo la de los fascismos, si no hubiésemos perdido aquella maldita guerra.
Ahora habría menos latifundios (se habría conseguido la reforma agraria que se intentó en el período republicano de izquierdas), el desarrollo habría sido muy anterior porque habríamos estado en el bando vencedor de la segunda guerra mundial y habríamos tenido la ayuda americana, como la tuvieron alemanes y franceses con el plan Marshal, habríamos sido un país mucho más laico, y con una enseñanza mucho más libre y de mucha mayor calidad que el integrismo católico que educó a la generación de mis padres y, en parte, a la mía.
España sería muy diferente, mucho mejor.
Hoy me he encontrado una noticia sobre brigadistas internacionales en El País. Y de nuevo me ha saltado la rabia porque no es justo que tengan su reconocimiento 30 años tarde, cuando la inmensa mayoría han muerto. Eran voluntarios que, por su ideología, vinieron a España a jugarse la vida en la lucha contra el fascismo, esa misma lucha que sus gobiernos no se atrevían a acometer sabiendo como todo el mundo sabía que era necesaria. Y si no lo sabían, bien ciegos que estaban.
España tuvo una constitución en el 78. No debió pasar de un lustro antes de que homenajeásemos a los brigadistas que lucharon por la libertad que sólo entonces recuperamos, con tanto valor y sangre como muchos españoles (los menos, porque el bando de la España libre fue diezmado por los asesinatos y los exhilios forzosos). Si alguien vino a morir a nuestro país por la libertad, nunca debimos dejarlos morir sin saber que nuestra recuperada libertad los honraba como los héroes que eran. La noticia es que en el 2009 les hemos dado la nacionalidad Española:
Brigadistas internacionales reciben en Londres la nacionalidad española · ELPAÍS.com
Siete brigadistas recibieron ayer de la mano del embajador español en Londres sus pasaportes españoles, en virtud de la Ley de la Memoria Histórica, que concede la nacionalidad por carta de naturaleza sin tener que renunciar a la suya propia. "Hemos tardado pero ahora hemos llegado a casa", aseguró un emocionado Sam Lesser de 94 años, brigadista internacional que combatió en la Ciudad Universitaria de Madrid. "Hemos vuelto a casa. Pero están aquellos que no volvieron a casa, que yacen bajo el sol, el suelo y los olivos de España", agregó en referencia a sus compañeros de trincheras caídos en territorio español. "Vuestra lucha no fue en vano", dijo el embajador español en Londres, Carlos Casajuana. "Vuestros ideales forma parte de la fundación de nuestra democracia".
Según cálculos del historiador Gabriel Jackson, las Brigadas Internacionales llegaron a contar con 35.000 hombres y mujeres que combatieron en España a favor de la República. Estaban compuestas principalmente por voluntarios extranjeros de Francia, Italia, Gran Bretaña y Estados Unidos, que dejaron atrás sus países para hacer frente al fascismo
Lo siento pero no puedo sentirme orgulloso de lo que hemos hecho, demasiado tarde, demasiado triste, demasiado poco lo que les hemos otorgado.
Lamento no haber encontrado esta escena en español ni en inglés, sólo la he encontrado en italiano, pero mi homenaje a los brigadistas está en la escena final de Tierra y libertad, donde una descendiente de un brigadista echa sobre su tumba la tierra que él trajo de España en un pañuelo, para ver a su alrededor los puños en alto de otros brigadistas que también han venido al entierro a despedirlo. La película se rodó en 1994, nuestro homenaje nunca debió ser más tarde, la tierra del país por el que se jugaron la vida debería estar en todas sus tumbas, se lo debíamos.