Estábamos en grupo, divirtiéndonos, la mayoría de ellos eran casi completos desconocidos con los que me sentía a gusto por el simple hecho de compartir afición. A ninguno de ellos les había visto más que una vez o dos, y desde luego su carácter, mas allá de lo evidente y superfluo, era una gran incógnita para mí. Y aún así el ambiente era cálido y acogedor.
Sin embargo allí estaba ella, una chica objetivamente guapa, pelo negro azabache y tez blanca, sonrisa permanente cuando no franca carcajada, voz dulce acorde con su modo de hablar entre tierno y cariñoso.
Tarde poco en irme de la conversación, a mi lado una señora parlanchina trataba de conseguir toda mi atención, alejándome no sólo de ella sino también del grupo. Poco a poco mi atención se fue al garete, asentía donde mi instinto me decía que debía asentir y cuando ella hacía una pausa interrogativa contestaba si o no según me pareciese más oportuno. De vez en cuando fingía que me interesaba algún comentario surgido a en la otra esquina de la mesa para aliviar un poco la conversación y darme un respiro. Sin embargo no estaba en ningún lado, ni con la mesa, ni con la parlanchina ni con la chica guapa. Estaba dando vueltas a algo que ella había dicho "cielo, mi cariño hay que ganárselo"
De fondo sonaban frases sueltas carentes de significado para mi "As cen mellores películas do cine austrohúngaro..." "Si, una cámara, para que salga bien la foto tienes que tomarla con los dedos meñique y pulgar de cada pie y apuntar directamente siete metros por encima del objeto de la foto..."
Sin hallarle sentido volví a pensar en la frase y ufff, demasiado difícil para mí, hace tiempo que presumo de no ser machista, ni jerárquico, no me gusta competir porque siempre que se compite hay vencedores y vencidos, y no me gusta ser de unos ni de otros. Y sin embargo interpreté aquella frase correctamente, si quería algo debía pelear, probablemente yo sólo era uno más de los aspirantes, un competidor, y ella era el premio. Me disgustó aquella imagen, me disgustó el machismo y la jerarquía que creía apreciar, me disgustó la idea de que yo no tenía oportunidad porque yo no competiría, y me disgustó sobre todo aquella idea de que yo debía ser cazador y no presa. ¿Tan poca cosa era yo? ¿Por qué se supone que yo debía competir por ella en vez de ella por mí? ¿No era eso un poco... engreído por su parte?
La señora parlanchina estaba mirándome, evidentemente me había preguntado algo y esperaba respuesta. Demonios, me había fallado el instinto, demasiada concentración en mi herido orgullo. Había que disimular.
-¡Coño! Me he dejado el coche abierto - Dije con voz casi en grito, y levantándome de golpe me fui hasta el coche que estaba al otro lado de la calle. Allí hice que los intermitentes parpadeasen un instante como si realmente lo cerrase.
-Disculpa -Dije a la señora parlanchina- Pero es que me acordé de repente, ¿Decías?
Y durante otros cinco minutos fui capaz de prestarle atención antes de que se me fuese la olla de nuevo.
A mi lado estallaron carcajadas y me reí con ellas con ganas. Fingí de nuevo estar interesado en la conversación del grupo y la señora parlanchina se vio obligada a hacer lo mismo. Aguanté otro rato hasta que ella monopolizó otra conversación y volví a mis oscuros pensamientos.
" Non hai nada como a música dos compositores ruso-peruanos" Sentenciaba alguien por allí.
Si, lo sentía por ella (yo mismo supe que eso era una farolada) pero ya sabía lo que había. Yo le había dejado claro que me resultaba interesante, si ella estaba interesada ya mostraría ella algún interés, sino se había acabado antes de empezar.
En ese momento mi alter ego tomó la palabra: "¿Que haces gilipollas? A este paso llegas a los 50 sin pareja, persíguela, acósala, miéntele y trata de seducirla como hacen todos. Cortéjala" ¡Mierda de voz interior, la leche que la hizo!.
-¿Irás el miércoles? - Me dijo ella.
No, no había interés personal en su pregunta, pude verlo de forma diáfana. Sólo era curiosidad por el número de asistentes. No era el segundo paso que estaba esperando, me hablaba como a cualquier otro.
-No creo. Trabajo el jueves-
¡Oh dios! Era guapa, no había duda, y tenía aquella voz tan sugerente..."¡Cortéjala!" Gritó de nuevo mi alterego.
Pero si algún defecto tengo, bueno, aparte de la otra docena, es la de ser muy cabezón en cuanto a mis principios. No perseguiría ninguna chica, ni ninguna chica me perseguiría a mí ("Iluso, como si eso fuese a suceder alguna vez" dijo mi voz) o había entendimiento claro o no habría relación.
A mi lado carcajadas, como la señora parlanchina estaba ahora callada buscando víctima me uní a ellas y busqué alguna mirada cómplice para continuar el disimulo, encontré a alguien que se vio sorprendido por mi mirada sonriente (se ve que no procedía) pero la señora parlanchina buscó nueva víctima y yo pude evadirme de nuevo.
La puñetera voz habló de nuevo, pero ya no quise oírla, en vez de ello me refugié en un sentimiento conocido, la indignación. Era insultante que ella se sintiese tan segura y tan condescendiente, "mi cariño hay que ganárselo". ¡Y una leche! El cariño te los ganarás tú si quieres, sino líate con alguno de los otros pretendientes, seguro que son mas altos y guapos que yo, pero seguro que no son tan afables tranquilos y empáticos como soy yo ("¿Tranquilo y empático como te estás mostrando ahora?" dijo la voz)
Ahora estoy enfadado porque ella me ha degradado como persona, "JAJAJAJA, pardillo, deberías alegrarte de que una chica como ésa te dé una oportunidad, deja de decir gilipolleces y cortéjala coño, que yo también tengo hambre"
Que soez sonaba mi voz, yo no buscaba los besos ni las caricias en chicas como ella, yo buscaba algo mas elevado, sus risas, sus silencios, sus miradas, quería que algún día ella viese algo hermoso y buscase mi mirada cómplice y que escuchara una hermosa melodía y tratase de reproducirla para mi.
"JAJAJA. Tío, eres patético, luego dices que no te gusta la Disney, si eres más inocente que Bambi, y más edulcorado que un dulce de miel con sacarina concentrada. Esas paridas no te las crees ni tú, y mira que te autoconvences de chorradas, como eso de que discutes por cuestiones elevadas... ¡y una mierda! Lo que pasa es que disfrutas más discutiendo que un cerdo en un lodazal"
Cagonlaleche...
Risas de nuevo, esta vez no sonreí, la señora parlanchina me miró pero esta vez decidió que no le interesaba charlar conmigo.
"Cómo te pones tío. Si tanto te interesa haz lo que dice ella, gánate su cariño"
¡Que se gane ella el mío!
"¡Eres un iluso!"
Soy coherente conmigo mismo.
"Se la llevará otro y te arrepentirás, y yo me reiré de ti porque la ventaja de ser tu alterego y no ser la personalidad dominante es que luego te puedes reír de la cara de tonto que tendrás"
Vete a la mierda.
-Akin, ¿te apuntarías el sábado si cambiamos el día? -Dijo la chica guapa.
-Me temo que no me gusta ser cazador sino presa. -Respondí yo con voz cortante.
-¿Qué? -Preguntó ella perpleja. Todos me miraron.
Mierda... "ella no estaba en la conversación" dijo la voz. "Acabas de quedar como un imbécil"
Tierra trágame.
-Nada nada, que el sábado tampoco puedo, tengo ensayo -
-¡Ah, vale! - Respondió ella con voz de "este está pirado".
Aquello ejerció de válvula de escape a tanta comedura de tarro. La voz me la había vuelto a jugar, había hecho el tonto y ya no había remedio. Afortunadamente sólo había hecho el tonto, a no ser claro que ella entendiese la frase sin las claves apropiadas...
En todo caso, bueno, mi personalidad dominante había expulsado la voz y me reafirmé, sí, no me gusta ser cazador. Sería una relación de igual a igual o no sería. Había otras chicas en el mundo, estaba la majísima chica de gafas, o la otra que no tenía blog. Estaba la chica de la STE de Vigo, y la otra de Madrid, estaba la compañera de teatro, y aquella otra que me cruzaba todos los días en la cafetería... Bueno, en realidad había muchas mujeres interesantes a mi alrededor. En realidad, fuera del ataque hormonal inicial no había nada en especial que me atrajese de ella, básicamente porque no la conocía ni ella me conocía a mí, ¿Cómo podía yo plantearme nada con ella?
Volví a la conversación, mas relajado, y puede reírme realmente de algunas tonterías que se decían...
Eso sí, había sacado otra conclusión, odio a Gollum, y lo seguiré odiando porque no acepta una derrota, mañana estará otra vez ahí.
----------- Nota del autor -----------
Este relato está inspirado en hechos reales (aunque en más de un episodio), pero los caracteres y sentimientos de las personas han sido manipulados y falseados para adaptarlos al relato, los míos incluidos. Que nadie se sienta ofendido ni representado, ni siquiera yo. Esto es un texto puramente humorístico, malo o bueno, pero humorístico.
"Sí, sí, que te crees tú eso, te engañas de nuevo. Esto es para ver como reacciona ella"
¡Cállate leches!
Sin embargo allí estaba ella, una chica objetivamente guapa, pelo negro azabache y tez blanca, sonrisa permanente cuando no franca carcajada, voz dulce acorde con su modo de hablar entre tierno y cariñoso.
Tarde poco en irme de la conversación, a mi lado una señora parlanchina trataba de conseguir toda mi atención, alejándome no sólo de ella sino también del grupo. Poco a poco mi atención se fue al garete, asentía donde mi instinto me decía que debía asentir y cuando ella hacía una pausa interrogativa contestaba si o no según me pareciese más oportuno. De vez en cuando fingía que me interesaba algún comentario surgido a en la otra esquina de la mesa para aliviar un poco la conversación y darme un respiro. Sin embargo no estaba en ningún lado, ni con la mesa, ni con la parlanchina ni con la chica guapa. Estaba dando vueltas a algo que ella había dicho "cielo, mi cariño hay que ganárselo"
De fondo sonaban frases sueltas carentes de significado para mi "As cen mellores películas do cine austrohúngaro..." "Si, una cámara, para que salga bien la foto tienes que tomarla con los dedos meñique y pulgar de cada pie y apuntar directamente siete metros por encima del objeto de la foto..."
Sin hallarle sentido volví a pensar en la frase y ufff, demasiado difícil para mí, hace tiempo que presumo de no ser machista, ni jerárquico, no me gusta competir porque siempre que se compite hay vencedores y vencidos, y no me gusta ser de unos ni de otros. Y sin embargo interpreté aquella frase correctamente, si quería algo debía pelear, probablemente yo sólo era uno más de los aspirantes, un competidor, y ella era el premio. Me disgustó aquella imagen, me disgustó el machismo y la jerarquía que creía apreciar, me disgustó la idea de que yo no tenía oportunidad porque yo no competiría, y me disgustó sobre todo aquella idea de que yo debía ser cazador y no presa. ¿Tan poca cosa era yo? ¿Por qué se supone que yo debía competir por ella en vez de ella por mí? ¿No era eso un poco... engreído por su parte?
La señora parlanchina estaba mirándome, evidentemente me había preguntado algo y esperaba respuesta. Demonios, me había fallado el instinto, demasiada concentración en mi herido orgullo. Había que disimular.
-¡Coño! Me he dejado el coche abierto - Dije con voz casi en grito, y levantándome de golpe me fui hasta el coche que estaba al otro lado de la calle. Allí hice que los intermitentes parpadeasen un instante como si realmente lo cerrase.
-Disculpa -Dije a la señora parlanchina- Pero es que me acordé de repente, ¿Decías?
Y durante otros cinco minutos fui capaz de prestarle atención antes de que se me fuese la olla de nuevo.
A mi lado estallaron carcajadas y me reí con ellas con ganas. Fingí de nuevo estar interesado en la conversación del grupo y la señora parlanchina se vio obligada a hacer lo mismo. Aguanté otro rato hasta que ella monopolizó otra conversación y volví a mis oscuros pensamientos.
" Non hai nada como a música dos compositores ruso-peruanos" Sentenciaba alguien por allí.
Si, lo sentía por ella (yo mismo supe que eso era una farolada) pero ya sabía lo que había. Yo le había dejado claro que me resultaba interesante, si ella estaba interesada ya mostraría ella algún interés, sino se había acabado antes de empezar.
En ese momento mi alter ego tomó la palabra: "¿Que haces gilipollas? A este paso llegas a los 50 sin pareja, persíguela, acósala, miéntele y trata de seducirla como hacen todos. Cortéjala" ¡Mierda de voz interior, la leche que la hizo!.
-¿Irás el miércoles? - Me dijo ella.
No, no había interés personal en su pregunta, pude verlo de forma diáfana. Sólo era curiosidad por el número de asistentes. No era el segundo paso que estaba esperando, me hablaba como a cualquier otro.
-No creo. Trabajo el jueves-
¡Oh dios! Era guapa, no había duda, y tenía aquella voz tan sugerente..."¡Cortéjala!" Gritó de nuevo mi alterego.
Pero si algún defecto tengo, bueno, aparte de la otra docena, es la de ser muy cabezón en cuanto a mis principios. No perseguiría ninguna chica, ni ninguna chica me perseguiría a mí ("Iluso, como si eso fuese a suceder alguna vez" dijo mi voz) o había entendimiento claro o no habría relación.
A mi lado carcajadas, como la señora parlanchina estaba ahora callada buscando víctima me uní a ellas y busqué alguna mirada cómplice para continuar el disimulo, encontré a alguien que se vio sorprendido por mi mirada sonriente (se ve que no procedía) pero la señora parlanchina buscó nueva víctima y yo pude evadirme de nuevo.
La puñetera voz habló de nuevo, pero ya no quise oírla, en vez de ello me refugié en un sentimiento conocido, la indignación. Era insultante que ella se sintiese tan segura y tan condescendiente, "mi cariño hay que ganárselo". ¡Y una leche! El cariño te los ganarás tú si quieres, sino líate con alguno de los otros pretendientes, seguro que son mas altos y guapos que yo, pero seguro que no son tan afables tranquilos y empáticos como soy yo ("¿Tranquilo y empático como te estás mostrando ahora?" dijo la voz)
Ahora estoy enfadado porque ella me ha degradado como persona, "JAJAJAJA, pardillo, deberías alegrarte de que una chica como ésa te dé una oportunidad, deja de decir gilipolleces y cortéjala coño, que yo también tengo hambre"
Que soez sonaba mi voz, yo no buscaba los besos ni las caricias en chicas como ella, yo buscaba algo mas elevado, sus risas, sus silencios, sus miradas, quería que algún día ella viese algo hermoso y buscase mi mirada cómplice y que escuchara una hermosa melodía y tratase de reproducirla para mi.
"JAJAJA. Tío, eres patético, luego dices que no te gusta la Disney, si eres más inocente que Bambi, y más edulcorado que un dulce de miel con sacarina concentrada. Esas paridas no te las crees ni tú, y mira que te autoconvences de chorradas, como eso de que discutes por cuestiones elevadas... ¡y una mierda! Lo que pasa es que disfrutas más discutiendo que un cerdo en un lodazal"
Cagonlaleche...
Risas de nuevo, esta vez no sonreí, la señora parlanchina me miró pero esta vez decidió que no le interesaba charlar conmigo.
"Cómo te pones tío. Si tanto te interesa haz lo que dice ella, gánate su cariño"
¡Que se gane ella el mío!
"¡Eres un iluso!"
Soy coherente conmigo mismo.
"Se la llevará otro y te arrepentirás, y yo me reiré de ti porque la ventaja de ser tu alterego y no ser la personalidad dominante es que luego te puedes reír de la cara de tonto que tendrás"
Vete a la mierda.
-Akin, ¿te apuntarías el sábado si cambiamos el día? -Dijo la chica guapa.
-Me temo que no me gusta ser cazador sino presa. -Respondí yo con voz cortante.
-¿Qué? -Preguntó ella perpleja. Todos me miraron.
Mierda... "ella no estaba en la conversación" dijo la voz. "Acabas de quedar como un imbécil"
Tierra trágame.
-Nada nada, que el sábado tampoco puedo, tengo ensayo -
-¡Ah, vale! - Respondió ella con voz de "este está pirado".
Aquello ejerció de válvula de escape a tanta comedura de tarro. La voz me la había vuelto a jugar, había hecho el tonto y ya no había remedio. Afortunadamente sólo había hecho el tonto, a no ser claro que ella entendiese la frase sin las claves apropiadas...
En todo caso, bueno, mi personalidad dominante había expulsado la voz y me reafirmé, sí, no me gusta ser cazador. Sería una relación de igual a igual o no sería. Había otras chicas en el mundo, estaba la majísima chica de gafas, o la otra que no tenía blog. Estaba la chica de la STE de Vigo, y la otra de Madrid, estaba la compañera de teatro, y aquella otra que me cruzaba todos los días en la cafetería... Bueno, en realidad había muchas mujeres interesantes a mi alrededor. En realidad, fuera del ataque hormonal inicial no había nada en especial que me atrajese de ella, básicamente porque no la conocía ni ella me conocía a mí, ¿Cómo podía yo plantearme nada con ella?
Volví a la conversación, mas relajado, y puede reírme realmente de algunas tonterías que se decían...
Eso sí, había sacado otra conclusión, odio a Gollum, y lo seguiré odiando porque no acepta una derrota, mañana estará otra vez ahí.
----------- Nota del autor -----------
Este relato está inspirado en hechos reales (aunque en más de un episodio), pero los caracteres y sentimientos de las personas han sido manipulados y falseados para adaptarlos al relato, los míos incluidos. Que nadie se sienta ofendido ni representado, ni siquiera yo. Esto es un texto puramente humorístico, malo o bueno, pero humorístico.
"Sí, sí, que te crees tú eso, te engañas de nuevo. Esto es para ver como reacciona ella"
¡Cállate leches!
03:10 del 2003-09-11 #
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