No hay casi nada aprovechable, si acaso lo único la interpretación de Rebecca de Mornay como Milady.
Creo que no es un secreto para nadie la cercanía ideológica entre la Disney y la iglesia, la fe, la justicia divina, la familia y la castidad como valores universales en los que basar toda ética, el constante olvido del concepto de justicia social, y el falso sentido de redención.
Hay un hermoso momento en esta película, probablemente lo único que ha justificado la perdida de tiempo de este visionado. Para los que no hayais visto la película (y os recomiendo que no lo hagais) os pongo en antecedentes:
Milady fué acusada de un crimen que no cometió, su marido se enteró de que había sido acusada y no sin preguntar la entrega a la justicia. Cuando va a ser asesinada (que no ajusticiada) el malo de Richelieu la salva y le da un trabajo de espía. En ese trabajo ella realmente mata a alguien.
Su ex-marido la encuentra de nuevo años más tarde, ha sido capturada como espía y tiene una información que evitaría una guerra entre Inglaterra y Francia y el asesinato del Rey de Francia. Ella le pide que a cambio que le perdonen la vida a lo que él se niega. Luego viene este fragmento de diálogo:
La sociedad exige una justicia rápida, me llevaré mi secreto a la tumba.
Vas a morir por tus crímenes, yo no puedo hacer nada, pero como elijas abandonar este mundo es tu decisión.
¿Alguna vez ha hecho algo este mundo por mi?

Inmediatamente despues viene la escena de la justicia, va a ser decapitada. En el último momento él pide perdón y ella se suicida arrojándose por un precipicio. En ese instante alguien dice que se ha hecho justicia divina.
Que triste representación de justicia aquella en que sólo se comprende la muerte como salida a los crímenes, aquella en que ni siquiera se plantea la posibilidad de que la gente cambie de conducta y se redima de sus faltas. Eso no es justicia, eso es venganza.
Revisad ahora las películas que recordais de esa productora, y analizad en cuantos casos el 'malo' termina asesinado, y en cuantos termina por una muerte 'accidental'. Pensad en cuantos casos se apela a una justicia divina garante del orden establecido, una justicia divina donde el 'malo' siempre ha de morir porque no se puede aceptar un mundo en que un héroe triunfe y su antítesis no muera, no hay perdón, no hay redención, sólo la muerte como justicia última, como justicia única.