(la reina bruja Ruta Skadi hablando a una asamblea de brujas)
"En fin, no sé si fue el vino, mi ingenuidad, el aire cálido o el limonero... El caso es que yo había logrado convencerme de algo que no era cierto. Me había convencido de que me sentía satisfecha, realizada y feliz sin el amor de otra persona. El amor era como China, sabías que existía, y debía de ser muy interesante, y algunas personas iban allí, pero yo no iría. No iría jamás en la vida a China, pero no me importaba, porque podía visitar el resto del mundo.
Entonces alguien me pasó algo dulce, y de pronto me di de cuenta que había estado en China. Por así decir. Y lo había olvidado. Fue el sabor de aquel dulce, creo que era mazapán, una pasta de almendras muy rica, lo que hizo que lo recordara.
El caso es que recordé el sabor y de golpe evoqué una experiencia que había vivido de jovencita.
Yo tenía doce años. Fui a una fiesta en casa de una amiga, creo que era su cumpleaños. Tenía una disco, una máquina que toca música grabada en una cinta. Por lo general las chicas bailaban juntas porque a los chicos les daba corte sacarlas a bailar. Pero había un chico, que yo no conocía, que me sacó a bailar y bailamos aquel baile, y el siguiente y el otro y nos pusimos a charlar... Ya sabéis lo que pasa cuando os gusta alguien, en seguida nos damos cuenta. A mí me gustó mucho.
Así que seguimos bailando y luego trajeron la tarta de cumpleaños, y él tomó un trocito de mazapán y me lo metió en la boca con delicadeza. Recuerdo que intenté sonreír, y me puse roja como un tomate y me sentí como una idiota... Y me enamoré de él por lo que hizo, por la delicadeza con la que me tocó los labios con el trocito de mazapán.
Creo que fue en aquella fiesta, o quizá fuera en otra, cuando aquel chico y yo nos besamos por primera vez. Ocurrió en el jardín. Me sentí embargada por la música que sonaba en el interior de la casa, y el silencio y el frescor que reinaba entre los árboles... Todo mi cuerpo ansiaba que me abrazara pero éramos casi demasiado tímidos para dar el primer paso. Casi. Sin embargo uno de nosotros lo dio y acto seguido, como un salto cuántico, súbito nos besamos, y más que en China creí estar en el paraíso.
Nos vimos media docena de veces, no más. Luego los padres del chico se mudaron y no volví a verlo. Fue una experiencia muy dulce, aunque breve... Pero la había vivido. Había conocido el Amor. Había estado en China.
Y a las nueve y media de la noche en aquel restaurante de Portugal alguien me pasó un pedazo de mazapán y pensé '¿Voy a pasar toda mi vida sin experimentar de nuevo aquella sensación? Quiero ir a China. Esta llena de tesoros y exotismo y misterio y alegría' Pensé '¿A quien beneficia que yo regrese al hotel, rece mis oraciones, me confiese con un sacerdote y prometa no caer de nuevo en la tentación? ¿A quien beneficia que yo me sienta desgraciada?'
La respuesta no se hizo esperar: a nadie. Nadie se disgustará, nadie me condenará, nadie me bendecirá por ser una buena chica, nadie me castigará por ser mala. El cielo estaba vacío. Yo no sabía si Dios había muerto o si nunca había existido. En cualquier caso experimenté una sensación de libertad, de soledad, y no sabía si alegrarme o lamentarme. Y aquel gigantesco cambio de había producido cuando probé el mazapán, incluso antes de tragarlo. Un sabor... un recuerdo... un hecho que cambia tu vida..."
(Mary Malone hablando a Lyra y Will)
"Dejé de creer que existían un poder maléfico y un poder benéfico que estaba fuera de nosotros. Y me convencí de que el bien y el mal sólo designan las acciones de las personas, no lo que éstas son. Sólo podemos decir que esta es una buena acción porque beneficia a alguien, y que esta otra es una mala acción porque perjudica a alguien. Las personas son demasiado complejas para ponerles unas simples etiquetas"
(Mary Malone hablando a Lyra y Will)
La materia oscura - Phillip Pullman