Estoy jugando, cada dos semanas, una larga partida de Dungeons & Dragons. Mi personaje es un minotauro llamadao Muuut, un ser fuerte y recio, con enorme cornamenta capaz de hacer 1d6 puntos de daño y un caracter ácrata y caótico. Y realmente me lo estoy pasando muy bien jugando con ese personaje, es colorido en la partida, da para muchas coñas y mucha interación con los personajes no jugadores. Por no añadir que es un buen personaje para los objetivos de la partida.
Pero este sábado me asusté al salir, a lo mejor es cierto que eso del rol es peligroso para la salud mental.
Salía yo del piso del master, cuando me crucé con una chica jovencita, de unos 17 o 18 años, hermosísima. Vestía un pequeño top que remarcaba unos pequeños pero firmes pechos mientras debaja ver un vientre liso y moreno y una generosa porción de espalda donde la línea de la columna estaba claramente marcada, una espalda flexible y ligeramente musculada (se notaba que hacía deporte) rematada en una estrecha cintura. Tenía los hombros altos y los brazos del mismo tono moreno. El pelo era negro, corto, enmarcando un rostro delgado y de rasgos pronunciados.
Y acompañaba esa vestimenta con unas deportivas blancas bajo un pantalón rojo ajustado como una segunda piel. Las piernas eran rectas y bien formadas, de generosa longitud y, sobre todo, rematadas en unas hermosas nalgas, con una perfecta curva en la cadera y de aspecto semicircular. Un trasero absolutamente perfecto para completar un cuerpo casi perfecto y un rostro a tono.
Y en aquel momento algo de mi personaje salió a flote porque cuando vi aquel precioso culo moverse rítmicamente y cubierto de hermosa tela roja algo en mí sintió la necesidad de empitonar.
¿Será de jugar a rol?
Pero este sábado me asusté al salir, a lo mejor es cierto que eso del rol es peligroso para la salud mental.
Salía yo del piso del master, cuando me crucé con una chica jovencita, de unos 17 o 18 años, hermosísima. Vestía un pequeño top que remarcaba unos pequeños pero firmes pechos mientras debaja ver un vientre liso y moreno y una generosa porción de espalda donde la línea de la columna estaba claramente marcada, una espalda flexible y ligeramente musculada (se notaba que hacía deporte) rematada en una estrecha cintura. Tenía los hombros altos y los brazos del mismo tono moreno. El pelo era negro, corto, enmarcando un rostro delgado y de rasgos pronunciados.
Y acompañaba esa vestimenta con unas deportivas blancas bajo un pantalón rojo ajustado como una segunda piel. Las piernas eran rectas y bien formadas, de generosa longitud y, sobre todo, rematadas en unas hermosas nalgas, con una perfecta curva en la cadera y de aspecto semicircular. Un trasero absolutamente perfecto para completar un cuerpo casi perfecto y un rostro a tono.
Y en aquel momento algo de mi personaje salió a flote porque cuando vi aquel precioso culo moverse rítmicamente y cubierto de hermosa tela roja algo en mí sintió la necesidad de empitonar.
¿Será de jugar a rol?
01:00 del 2004-06-21 #
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