El video no tiene precio, es una pura grabación documental, sin un narrador, sólo con el speaker del pebellón y micrófonos a pie de pista, todo sonido ambiental. Se captaba todo, con micros en todos lados, viendo los comentarios de los protagonistas entre ellos, al natural. Se puede ver el diálogo entre el Dr. J. y un médico tras haberle dado un cabezazo al tablero en un mate, o se puede asistir al diálogo ente el propio Julius Erving y varios asesores (dos niños incluídos en el corro, sus hijos supongo) para decidir que mates hará en la final, mirando una simple hoja de papel con unos diagramas hechos a bolígrafo.
A pie de pista un niño de unos 12 o 13 años estaba con cara de permanente asombro junto al marcador de puntuación. Es curioso, ese chico tendrá ahora mi edad y en su recuerdo haber asistido al primer concurso de mates de la NBA. Me llamó la atención el peinado, tan típico de aquellos años, aún heredero de la estética de los 70. Todo tiene un fantástico tono de auténtico, de real, muy alejado del tono espectáculo que tienen esas cosas hoy en día, todo como un un poco de andar por casa. Algunos jugadores incluso hicieron mates con el chandal puesto.
El nivel... altísimo, espectacular. Orlando Wooldridge hizo un mate pasándose el balón por la espalda, luego batida y durante esta pasándose el balón por entre las piernas. Julius Erving hizo el mate que luego haría famoso a Jordan, batiendo desde la línea de tiro libre (y que le valió el segundo puesto), Larry Nance, a la postre ganador, machacó con dos balones, uno a la entrada del mate y otro a aro pasado. He visto los molinillos de Wilkins (quedó 3º) y varios mates de 360 grados. Jugadores para el recuerdo acompañaron a ese trío: Ralph Sampson participó, el jugador más alto que nunca ha participado en un concurso de mates con sus 2:24, mucho antes de que su carrera se viese truncada una y otra vez por sus numerosas fracturas de huesos, en una de las trayectorias más tristes que le recuerdo a ningún jugador. Michael Cooper, el gran escudero del mejor Magic de los Lakers, el gran defensor y tirador, aquí matador. Clyde Drexler, uno de los atletas más elegantes y estéticos que ha pasado por la NBA...
20 años más tarde pocos jugadores pueden hacer mates mejores, aunque ahora sean probablemente mejores atletas. Pero no tienen ganas de entrenarse para hacer mates que requieren tanta precisión y coordinación, ni los grandes matadores quieren ir a ese tipo de concursos. Parece mentira que tantos y tantos años más tarde sigamos viendo los mismos mates, a menudo en copias imperfectas.
Sé que tengo tendencia a la nostalgia, pero tras unas semanas viendo baloncesto de los 80 (el Barça de Norris y Epi y la Yugoplástica de Kukoc, el Madrid de Petrovic y Martin, los Celtics de Bird y los Lakers de Jabbar, el Aris de Nikos Gallis, varios partidos de selecciones, concursos de mates del 84, 86 y 88... no dejo de preguntarme si realmente hemos progresado. Si realmente el Sky-Hook ha quedado anticuado o simplemente ya no hay jugadores del talento necesario para perfeccionar un tiro tan complicado, ya no pido un Hook, me conformo con pivots capaces de hacer un gancho de verdad (no un semigancho en suspensión) No dejo de recordar a jugadores en la NBA de entonces capaces de tirar en cualquier posición (Walter Davis, Alex English, Adrial Dantley, George Gervin...) y me pregunto que tiradores son capaces hoy en día de levantarse a esa velocidad y con esa posición tan desequilibrada y meter esos tiros.
Quizás habría que plantearse hacer regresar el baloncesto a un juego donde el talento para este deporte prima sobre el talento puramente atlético.
O quizás, simplemente, me hago viejo.