Entre las cosas que pudimos ver, estaba una hermosa pulsera (previsiblemente) de bronce que la propia restauradora nos enseñó, e incluso nos contó como la había limpiado. Gracias a Lidia, que así se llamaba, por el tiempo empleado en nosotros.
La pulserita está datada, aproximadamente, en el siglo I antes de cristo, y tras el trabajo de restauración pasó de esto:
A esto:
También pudismos observar una parte de los materiales que allí tenían en distintas fases del proceso de clasificación (no todos del propio Castro):
Tras la llegada de los dos tardones (es broma), el Paleofreak y una monjita de la orden de las Hermanitas Descalzas, subimos a la excavación en sí, ya casi cayendo la noche. Por supuesto para el Paleofreak todo aquello eran cosas demasiado recientes, pero tuvo a bien no rechistar.
Ya en el propio Castro, lo primero que vimos fue la parte de la excavación donde ahora están investigando (el término me parece mucho más adecuado que cavar o limpiar), una parte de lo que es la muralla exterior de la Croa. Término gallego que significa 'corona' y que define el interior del espacio amurallado, la muralla 'coronaba' la montaña así que ese espacio adquirió ese nombre popular.
Este castro en concreto parece funcionar durante muchos siglos: hay cosas del interior de la muralla que se pueden datar, más o menos, en el siglo II antes de cristo. Mientras que en el exterior hay materiales que parecen datar, también aproximadamente, del IV o V después de cristo.
Los límites del Castro no están nada claros todavía, la Croa está rodeada por un grueso muro de unos cuatro metros de grosor (nada menos), con unos tres metros de altura en su parte exterior. Para hacerse una idea, la muralla define un espacio que en la zona más ancha tiene 108 metros de diámetro, y en la más estrecha 95.
Y rodeando esta muralla aparece un muro más delgadito (como de medio metro), de altura indeterminada, a unos cuatro o cinco metros de la muralla anterior. Es una suposición que la rodea compltamente dado que aún está por destapar. Hablo de la parte ya visible, pero la suposición de que es más o menos igual en todo el perímetro es bastante coherente.
Es probable que haya más anillos amurallados a distancias mayores, pero aún no se ha podido comprobar.
Cuando llegamos, los chicos estaban haciendo mediciones en el castro:
Parecen las típicas herramientas de topógrafo pero, como nos explicó San Antón, estaban midiendo cada nivel encontrado en coordenadas que situaban cada punto en el globo terráqueo, con ayuda de unas marcas situadas con un GPS de última generación. Vamos, que mandando esa información a los EEUU nos meten un pepinazo con un misil nuclear en el centímetro justo en que está esa piedra concreta (explicación suya, no mía, jejejeje)
A ese aparato se le llama (un poco pomposamente para mi gusto) "Estación Total". En todo caso fue divertido verles trabajar un ratillo, mientras San Antón nos estaba explicando que era lo que estábamos viendo en la zona de trabajo, al tiempo que bromeaba con los investigadores.
Doy fe que no sólo Indiana Jones tiene sentido del humor. En esos instantes las sonrisas y las bromas iban de un lado a otro del equipo.Nos pidieron encarecidamente que no echásemos cacahuetes a los arqueólogos, aunque no parecían igual de dispuestos a descartar el jamón.
Como nos estuvo explicando es un trabajo arduo ya que todo el muro cedió por el paso del tiempo y se derrumbó hacia fuera, con lo cual es muy difícil saber que piedras pertenecen a las delimitaciones originales (el propio muro, casas, tabiques...) y cuales son simplemente piedras caídas de más arriba. Se trabaja muy lentamente, desenterrando cada piedra con cuidado para ver si tiene alguna cara labrada (podría ser una artesanía muy sucia) o si está alineada con otras (y formar parte de alguna pared) Incluso si aparecen por medio pedacitos de metal, o cuentas de vidrio, o cualquier otra cosa diminuta.
Al día siguiente de estar nosotros apareció en esa zona una Fíbula, un pequeñito broche de cobre. Las fotos me hizo llegar San Antón:
La caja que hay al lado es una cajita de diapositivas, lo que da una idea de su tamaño. Conserva incluso una pequeña parte de la traviesa de madera que la cerraba (imagen de microscopio):
¿Qué aspecto tendrá cuando haya pasado por las hábiles manos de Lidia? La solución, dentro de un tiempo.
Hay que tener en cuenta que hablamos de Galicia y de Diciembre, así que cada día hay que quitar un montón de lodo del trabajo hecho el día anterior, mientras aguantas como puedes los chaparrones y el frío propios de esta época del año. Y todo eso cuidando que algo diminuto como una cuenta de vidrio (que vimos más tarde en el taller, del tamaño de un guisante) no se tire como escombro. San Antón está muy satisfecho de este grupo de arqueólogos, casi todos ellos gente de gran nivel que está haciendo su tesis doctoral, a los que definió como trabajadores incansables.
Tras ver esa parte subimos a la zona superior, dentro ya de la muralla, donde había sido excavada una casa de varias dependencias. Las razones para suponer que es una sola casa y no varias son un tanto especulativas, pero coherentes: sólo hay un hogar (lumbre) en una dependencia, junto a lo que parece ser un horno; hay como un pasillo central que comunica las distintas dependencias; e incluso ese 'pasillo' tiene un primitivo alcantarillado, con un agujero en el centro (la zona más baja) que lleva el agua a un canal cubierto de losetas planas que pasa por debajo de otra 'habitación'.
Esa casa parece ser de en torno al siglo I, edificada sobre lo que parece ser otra casa del II antes de cristo.
Aquí podemos ver el 'pasillo' con el agujero central:
Y aquí podemos ver la cocina: el espacio cuadrado grande era la lumbre (la roca estaba quemada), y pegado a él y a la pared externa de la dependencia (parte inferior de la imagen) hay un espacio que, aparentemente, podría ser el horno:
Estas dos son imágenes cedidas por San Antón ya que la noche se nos echó encima y ya fue muy difícil sacar buenas fotos. Sin embargo, para que os hagáis una idea, tenía esta pinta:
Esa zona ya excavada, se consolidó en su momento con cemento para impedir su derrumbe. Se ignora si todos los muros estaban asentados con barro o algunos estaban simplemente apilados. Parece que al menos por zonas sí parecía tener barro, que en todo caso se perdió con el paso de los siglos. En los primeros intentos se usó cemento de color grisáceo, aunque posteriormente se ha venido usando cemento con barro que permite mantener mejor la tonalidad de la piedra. La zona ya excavada se cubrió luego con una especie de tela impermeable pero transpirable (para evitar la formación de mohos) llamada 'geotextil', sobre la que se añade una capa de grava y otra de arena para que el agua y el lodo no encharquen y cubran de nuevo el trabajo ya hecho.
Las zonas donde aún se estaba trabajando estaban cubiertas de plástico impermeable, tanto para proteger un poco la zona de trabajo de las inclemencias como para avisar a los visitantes de qué zonas no se podían pisar.
Tras ver esa zona fuimos rodeando toda la Croa, viendo las diferentes 'catas' (excavaciones) hechas en diferentes lugares para delimitar por donde pasaba la muralla exterior. Hacia la parte opuesta a la que se está trabanjando ahora hay una zona también consolidada por un trabajo arqueológico muy anterior (de otro equipo completamente diferente)
Más que una excavación parece claramente una reconstrucción, con muros perfectos. Digamos que ya no me gustó tanto, tenía un cierto aire de... no auténtico.
Lo último que vimos fue el pozo-aljibe, del que ya no tengo foto dado que ya casi era noche total. Es una curiosa construcción que hacía de pozo y de almacén de agua (de ahí el nombre). El pozo en sí es pequeño, pero se abre luego en una forma de rectángulo escalonado (como dos escaleras que descienden puestas frente a frente) con lo que el proceso de sacar el agua debía ser sencillo. También pensé que era además una forma segura de tener un pozo, cualquiera que se cayese podría salir por su propio pie sin problema alguno.
Tras esto volvimos luego al taller, donde recibimos otra nueva explicación de lo que allí había (de esto ya no saqué fotos) y su proceso de obtención. Tras lo cual nos retiramos a tomar unas cañas y cenar algo luego, velada que se alargó en el tiempo.
No puedo, ya para termminar esta crónica, dejar de poner otra imagen de archivo de San Antón do Castelo donde se aprecia el mayor problema estético del Castro:
Sí, coronando el monte, en pleno centro mismo del bimilenario Castro de Elviña, hay una horrorosa torre de alta tensión. Quitarla son muchos millones ¿quién los pondrá?
En fin, que gracias de nuevo a los implicados, a todos, por tan maravillosa tarde-noche.