Claro que los hay peores, están los becarios, con sueldos inferiores y sin darlos de alta en la seguridad social.
Pero no pasa nada, es normal estar hasta los 35 con contratos precarios, sin poder plantearte una hipoteca (ya sufres si compras un coche) y dejando para más adelante eso de vivir en pareja y tener hijos. La hipoteca un poco más adelante, para cuando simplemente no te quede vida para poder pagarla porque están a unos precios brutales (como que pagarla con un sueldo es casi imposible hoy en día, o vives en pareja y con dos sueldos, u olvídate de comprarte un piso)
Y todo eso, por supuesto, con jornadas de 9-10 horas de media (porque claro, como eres precario, o curras eso o te vas a la calle y otro precario aceptará hacer lo que tú no estabas dispuesto a hacer)
Pero no pasa nada, aquí no invadiremos las calles como en Francia para protestar. Allí no conseguirá pasar un tipo de contrato que es mucho mejor que lo que hay aquí (contratos en prácticas, contratos por obra y servicio, becas de formación, contratos de aprendizaje...), pero aquí ya hemos asumido que eso ha de ser así y no hay vuelta atrás. Aquí hemos aceptado el mercado.
Pero cuando pienso en tener hijos siempre me salen dos o tres años más adelante, y eso es así desde hace seis o siete, y no tiene visos de cambiar. Nada, ningún problema, es el mercado.
Ya importaremos niños africanos, o sudamericanos, o chinos. Y será el mercado. La mano invisible del mercado que lo dirige todo.
Adios generación X, o generación Z, bienvenidos mileurianos. Los futuros psicólogos siguen con atención vuestras aventuras vitales.