Dicen que todo tiene un momento y un lugar, mi adolescencia fue un momento donde me lanzaba de cabeza a todo lo que encontraba, fue una época donde todo lo que me llegó lo hizo calando muy hondo, fue la época de los primeros amoríos (como todos) y también la época donde el arte me ha calado más profundamente, de entonces mantengo mi pasión por la música metalera, y también por la música celta; pero también por la literatura fantástica y de terror. Creo que si hubiese conocido todo eso un poco antes o un poco después, no habría sido lo mismo, la música de mi niñez (Mecano o Mike Olfield) tiene un lugar más en el buen gusto o en la nostalgia que en la pasión, del mismo modo que no puedo dejar de admirar una buena ópera pero no ha conseguido calarme profundamente tampoco quizás porque la he conocido ya muy talludito.
En mi adolescencia descubrí también a Stephen King, autor que hoy ya no sigo. Y de todos los libros de Stephen King, It es el que me sigue produciendo un escalofrío de placer y terror cada vez que mi vista pasa por su lomo. Nunca otro libro ha conseguido unos malos tan sumamente nítidos en mi mente, nunca he conseguido comprender los mecanismos mentales que llevan a un loco a cometer locuras. Y nunca me he identificado tanto con los protagonistas, el Club de los Perdedores.
Y al mismo tiempo que leía ese libro por primera vez, descubría al niño malo de la música metalera, o al menos al primero de los niños malos, o al más famoso... Me refiero a Ozzy Osbourne. Hijo de padre borracho y maltratador, y borracho, ladrón, drogata, y maltratador a su vez. En su adolescencia, durante una estancia en la cárcel de 3 meses por robo de hizo él mismo varios tatuajes con una aguja de coser y un trozo de grafito. Un tipo que en un concierto le arrancó la cabeza de un mordisco a un murciélago...
Pero que voz tan inquietante y atractiva a la vez. Su música me llevaba a sensaciones parecidas a las que me producía aquel libro, y de algún modo esa lectura quedó completamente asociada a dos de sus mejores canciones. Está como una cabra, su alcoholismo y afición a las drogas llevaron a su expulsión de una de las bandas precursoras/inventoras de la música heavy: Black Sabath. Está como una cabra, sí, pero es también un genio.
De él voy a poner dos canciones, las dos que más me gustan. La primera es Shot In The Dark:
Y la segunda es la no menos buena Killer of Giants, aunque sólo sea como acompañamiento musical de imágenes ajenas al cantante (es lo único que encontré en Youtube):
Si a alguien le suena todo esto, tiene razón, esta es una historia repetida, es algo que ya conté en esta otra historia, donde por cierto están las letras de las canciones. Pero era la época pre-YouTube, así que retomo la idea, pero poniendo la música esta vez, y no sólo las letras.
Si los Judas eran los dioses del Metal, Ozzy es sin duda uno de sus demonios.
En mi adolescencia descubrí también a Stephen King, autor que hoy ya no sigo. Y de todos los libros de Stephen King, It es el que me sigue produciendo un escalofrío de placer y terror cada vez que mi vista pasa por su lomo. Nunca otro libro ha conseguido unos malos tan sumamente nítidos en mi mente, nunca he conseguido comprender los mecanismos mentales que llevan a un loco a cometer locuras. Y nunca me he identificado tanto con los protagonistas, el Club de los Perdedores.
Y al mismo tiempo que leía ese libro por primera vez, descubría al niño malo de la música metalera, o al menos al primero de los niños malos, o al más famoso... Me refiero a Ozzy Osbourne. Hijo de padre borracho y maltratador, y borracho, ladrón, drogata, y maltratador a su vez. En su adolescencia, durante una estancia en la cárcel de 3 meses por robo de hizo él mismo varios tatuajes con una aguja de coser y un trozo de grafito. Un tipo que en un concierto le arrancó la cabeza de un mordisco a un murciélago...
Pero que voz tan inquietante y atractiva a la vez. Su música me llevaba a sensaciones parecidas a las que me producía aquel libro, y de algún modo esa lectura quedó completamente asociada a dos de sus mejores canciones. Está como una cabra, su alcoholismo y afición a las drogas llevaron a su expulsión de una de las bandas precursoras/inventoras de la música heavy: Black Sabath. Está como una cabra, sí, pero es también un genio.
De él voy a poner dos canciones, las dos que más me gustan. La primera es Shot In The Dark:
Y la segunda es la no menos buena Killer of Giants, aunque sólo sea como acompañamiento musical de imágenes ajenas al cantante (es lo único que encontré en Youtube):
Si a alguien le suena todo esto, tiene razón, esta es una historia repetida, es algo que ya conté en esta otra historia, donde por cierto están las letras de las canciones. Pero era la época pre-YouTube, así que retomo la idea, pero poniendo la música esta vez, y no sólo las letras.
Si los Judas eran los dioses del Metal, Ozzy es sin duda uno de sus demonios.
15:09 del 2006-12-23 #
1 Comentarios