Rajoy se ha colocado, una vez más, como único representante de España, con su himno, con su bandera, con su lazo azul y hasta con el himno de la transición ("Libertad sin ira", de Jarcha). Una vez más, todo el que no está con él es antiespañol.
Luego se quejarán de que no se respeta la bandera, la culpa es toda suya por identificarse con ella. Los símbolos de todos no deberían ser usados políticamente por ningún partido (sí, eso lo aplico también a los partidos nacionalistas de comunidades autónomas, que caen en lo mismo)
Me faltó: una referencia, aunque fuese mínima, en recuerdo del aniversario de 11M. En una manifestación sobre política antiterrorista, donde se recordó a algunos muertos por el terrorismo, es acojonante que no se recuerde a los 192 cuyo aniversario era al día siguiente. Eso refuerza mi tesis de que todo el ruido de ayer, que se mantendrá varios días, semanas y meses más, no es más que para tapar el aniversario del 11M, el juicio donde las tesis de El Mundo han sido barridas de un plumazo por inconsistentes, el aniversario de la guerra de Irak y la corrupción urbanística municipal. Lo conseguirán, porque su máquina de propaganda es enorme, y porque no les importa nada contal de que se mantenga el ruido (ni mentir descaradamente). Sólo espero que desde el otro lado se consiga que se hable de más cosas, el que a un preso por amenazas le concedan el segundo grado para evitar que se muera en la cárcel no puede, bajo ningún concepto, ser el eje de la vida política de un país. Si eso sucede es que nos hemos vuelto locos.
En resumen, para mí lo de ayer fue, simplemente, un mitin multitudinario. Y el discurso final no fue más que una llamada a las urnas al sector más carca de sus electores. No esperaba otra cosa, cierto, pero no por eso me parece menos deleznable.