Pero aquí voy a hablar de la trama, porque me apetece.
Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistiguible de la magia. (Arthur C. Clarke)
O de como el yonki de Ender Wiggin terminó en la escuela de magia de Voldemort.
Decir ante todo, que siendo yo un animal, un simple humano sin espiral alguna, he temperado lo suficiente para que las enseñanzas que va asimilando Conrado me provocasen bastante (mucho) rechazo. Empezando por su aprendizaje a ser animales, tan propio de una secta, tan destructor de la personalidad para dejar sitio a un asentamiento de ideas en blanco. La tortura y la sumisión absoluta para anular la voluntad.
A partir de ahí sistemas piramidales rígidos y que se terminan asumiendo, desprecio por los diferentes, los humanos no hechiceros. Desprecio también por toda norma ética. Y sistema de culto (hasta la impunidad de sus actos) al líder o al superior (tan plasmada en la historia de Jack).
Todo tenía un tufillo desagradable, aunque magníficamente enmascarado.
Al final uno se queda con una idea coletilla: No existe ni el bien ni el mal, sólo el poder y personas demasiado débiles para conseguirlo. (Voldemort)
La idea estaba ahí, es la idea de Voldemort, pero también la de Hitler.
No insistiré en la idea, ya ha sido discutida en numerosas obras. Incluso ha sido defendida por algunas escuelas de pensamiento: La idea subyace en Heimlein, e incluso en determinados puntos de vista socioeconómicos actuales (determinadas ramas del liberalismo, que niegan prácticamente todos los derechos humanos, menos los necesarios para no limitar la acaparación de poder).
Lo original de la novela, es que todo eso está presentado como positivo, como si de una secta se tratase, se va presentando todo esto poco a poco, manipulando poco al poco al protagonista (y al resto de alumnos, y quizás al lector). Al más prometedor, al que puede trasformarse en un líder, se le domina incluso por la vía de la seducción por parte de la alumna más aventajada. Uno tiene ya pocas dudas de que incluso el sexo final es una forma más de manipulación. Como tiene pocas dudas de que el descubrimiento de Figueredo no es accidental (Umami le promete a Conrado que pronto sabrá quien es el enemigo).
Pero no se presenta eso frontalmente, se podrían perder alumnos que rechacen esas ideas si se les presentan de frente, no, se trata de que lo asuman, poco a poco.
La forja de los Super-villanos.
Ahora, espero, como ya he dicho, que haya continuación, el libro lo promete.
Decir también que la moda actual son los personajes ambiguos, la gente pide buenos con pasado malo, o con rasgos de carácter negativos. El héroe clásico ha muerto, ya nadie quiere a los buenos-buenos. Al parecer se encuentra más creíble al héroe capaz de matar a alguien porque sabe que es culpable y decide que merece morir, o torturarlo para sacarle información, o que pegue a las mujeres con las que se va acostando... Al parecer dotarle de rasgos de hijoputa le hace más creíble. Me temo que yo soy un anticuado en ese aspecto, no admiro a quien es capaz de hacer lo que a mí me haría vomitar.
Quizás Conrado sea un héroe en el futuro. Un héroe de estos de nueva hornada. Pero desde luego no será mi héroe.
Ah, el blog del autor, que no falte.
Y... invitados a comentar la novela, los que la hayáis leído, que me apetece hablar de ella.