A veces las mentiras más elaboradas caen por un simple detalle que las derriba como un castillo de naipes. Así la ley de la falsificación histórica.
García Atadell, socialista de rango intermedio, fue el paradigma del chequista, un modelo para los miles de ellos que ahora presenta el gobierno en su ley como luchadores por la libertad víctimas del franquismo, al lado de personas inocentes como Peiró o Besteiro, a quienes sí se puede considerar víctimas. García Atadell robó, torturó y asesinó a mansalva, y la prensa le felicitaba por su enérgica labor, pero cometió la equivocación de marcharse a Francia con el producto de sus expolios en lugar de compartirlo con sus jefes, y de ahí vino su desgracia.
Para el gobierno, los miles de García Atadell, como los asesinos etarras, son héroes de la libertad, víctimas de leyes injustas, etc. Lo cual solo quiere decir que se identifica con ellos, intentando blanquearlos fraudulentamente con las víctimas inocentes, que también las hubo.
La vocación atadelliana del PSOE no de todo él, pero sí de su sector dominante la hemos visto en su pasmosa corrupción, en su terrorismo desde el poder, en sus ataques a las víctimas del terrorismo, en su colaboración con la ETA y los separatistas contra la Constitución y la unidad de España
Es preciso recordar constantemente estos datos porque, si no, esta gente seguirá ganando la partida.
Queda el hecho asombroso e irrebatible: los herederos de García Atadell hacen las leyes hoy en España. Ni más ni menos.
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