Iba a poner esto como comentario a mi anterior historia, pero creo que merece un sitio como historia por si misma.
El caso es que la misma selección de frases de Hook la envié a la lista de la Comisión de literatura de la Sociedad Tolkien Española, a la que tengo el gusto de pertenercer desde hace ya unos años. En esa lista, Sergio, el presidente de la Comisión, me respondió a mi correo con este otro que ha tenido la amabilidad de permitirme publicar. He de decir que lo firmo al 100%, excepto que a mi Robin Willians no me disgusta tanto, han sido varias películas protagonizadas por él que me han encantado, así que empiezo a creer que quizás él tiene algo que ver.
Este es el correo:
A mí "Hook" me parece una película maravillosa, a la que sólo la ¿intrepretación? de Robin Williams le impide ser una obra maestra. El problema, a mi entender (como me gusta esta matización, no paro de usarla), es que es malinterpretada. Los colorines, las golosinas y las muecas de Robin Williams se interponen entre cierta parte del público (ese que denosta a Spielberg) y el sentido último de la película: una metáfora salvajemente implacable sobre el paso del tiempo.
El punto de partida es bastante simple, un Peter adulto que de no querer crecer a pasado a olvidar lo que era ser niño y que, por efecto de un fuerza externa, proviniente de su pasado, reencuentra su niñez. Si se hubiera quedado aquí la película hubiera sido una tonteria para el lucimiento del actor histriónico de turno, pero no es así, ni mucho menos. Asistimos a una especie de terapia profundamente psicológica en la que Peter debe reencontrarse con su niñez, que ha estado negando durante años, para poder desarrollarse verdaderamente como adulto. Debe redescubrir el gozo sin responsabilidades de la infancia sólo para renunciar a él por amor a sus hijos, a quienes ha tenido olvidados precisamente por ese defecto en su personalidad que arrastraba, por esa pérdida de contacto con sus raíces. Los recuerdos felices de cuando vivía en Nunca Jamás ya no son validos, debe encontrar nuevas motivaciones acordes con su actual desarrollo, debe de crecer, y no solamente física o mentalmente, sino también moral y espiritualmente (es difícil expresar esto y no encuentro mejores palabras).
Por su parte, su némesis, el capitán Garfio, no logra dar ese paso crucial. Siente que el tiempo está acabando con él ("Miradlo, es un viejo", dice la niña cuando cae su disfraz) y la única estrategia que encuentra para dar marcha atrás está en el pasado. No comprende que el pasado es irrecuperable. No tiene futuro, simplemente aspira a una repetición cíclica esperando que, por un milagro, en una de tantas ocasiones todo se solucione ("Te encontrarás cartas clavadas con puñales
en las puertas, Peter Pan", es más o menos la amenaza de Garfio cuando Peter abandona el juego). Esta incapacidad para cambiar acaba con él y es devorado por el tiempo (ese caimán disecado, que ya constituía esa misma metáfora en el libro original). Podría incluso comprenderse como la desparición de los temores infantiles de Peter, desde el momento en que da el relevo a sus hijos y pasa a un segundo plano, consagrando su vida a ellos.
Después están el resto de personajes, esa Wendy envejecida, amante, madre y abuela al mismo tiempo. Esa campanilla que ansía un amor imposible con un Peter adulto (aunque en el fondo sabe que la fantasía y la realidad no pueden mezclarse más que en sueños. Los niños descarriados, especialmente Rufio, viviendo a la sombra de Peter Pan, hasta que Peter regresa y ya no es tan grande como lo recordaban las leyendas, ¿o tal vez sí? (es posible encontrar aquí una relación paterno-filial, con el desengaño de comprender que el padre no es omnipoderoso y la lenta aceptación de sus verdaderos méritos y flaquezas; desgraciadamente cuando lo comprende ya no hay lugar para el en la tierra de Nunca Jamás, pues el también ha crecido, de un modo particularmente doloroso).
Pero, dejando de lado todas estas consideraciones, tenemos además un espectáculo grandioso, con decorados en ensueño, abigarradas escenas y anhelos cumplidos. Los efectos especiales son impecables (particularmente el conseguido vuelo de Peter Pan, logrado mediante complejos arneses contrapesados). Y que decir de la banda sonora de John Williams... precisamente hoy pensaba que de todas las que tengo de este compositor (39 para ser exactos) es la más lograda, la que
constituye un todo más magistral, con un corte maravilloso tras otro y temas que descubrir en cada uno de ellos. Es posible que en otras ocasiones haya obtenido momento puntuales más impactantes, pero nunca ha sido tan homogéneamente grandioso.
Otro prejuicio contra el que debe luchar la película es el de haber constituido un fracaso. ¡Ya quisieran mucho tener esos fracasos! Su presupuesto fue muy alto para la época, 70 millones de dólares, pero ya en EE.UU. lo cubrió con creces, recaudando 120 (fue la sexta película más taquillera del año), a los que se sumarían 180 más en el resto del mundo (total, más de cuatro veces su presupuesto, a partir de dos ya dan beneficios).
Y, aunque la defienda con tanto ahínco (ya son muchos años haciéndolo, desde su estreno hace doce), ni siquiera creo sea de las más conseguidas de Spielberg. Por delante de ella situaría obras maestras como "Tiburón", "Parque Jurásico", "Inteligencia Artificial" (sí, obra maestra, finales incluidos) o "La lista de Schindler"
(también situaría a las de Indiana Jones, que son obras maestras, pero dentro de su género, y al menos a su mismo nivel "E.T.", que tendría que ver otra vez pues ya hace mucho de la última).
Sergio, "Baldor"
P.D. de Akin, este tío me cae genial, mira que poner a I.A. como obra maestra ^_^
El caso es que la misma selección de frases de Hook la envié a la lista de la Comisión de literatura de la Sociedad Tolkien Española, a la que tengo el gusto de pertenercer desde hace ya unos años. En esa lista, Sergio, el presidente de la Comisión, me respondió a mi correo con este otro que ha tenido la amabilidad de permitirme publicar. He de decir que lo firmo al 100%, excepto que a mi Robin Willians no me disgusta tanto, han sido varias películas protagonizadas por él que me han encantado, así que empiezo a creer que quizás él tiene algo que ver.
Este es el correo:
A mí "Hook" me parece una película maravillosa, a la que sólo la ¿intrepretación? de Robin Williams le impide ser una obra maestra. El problema, a mi entender (como me gusta esta matización, no paro de usarla), es que es malinterpretada. Los colorines, las golosinas y las muecas de Robin Williams se interponen entre cierta parte del público (ese que denosta a Spielberg) y el sentido último de la película: una metáfora salvajemente implacable sobre el paso del tiempo.
El punto de partida es bastante simple, un Peter adulto que de no querer crecer a pasado a olvidar lo que era ser niño y que, por efecto de un fuerza externa, proviniente de su pasado, reencuentra su niñez. Si se hubiera quedado aquí la película hubiera sido una tonteria para el lucimiento del actor histriónico de turno, pero no es así, ni mucho menos. Asistimos a una especie de terapia profundamente psicológica en la que Peter debe reencontrarse con su niñez, que ha estado negando durante años, para poder desarrollarse verdaderamente como adulto. Debe redescubrir el gozo sin responsabilidades de la infancia sólo para renunciar a él por amor a sus hijos, a quienes ha tenido olvidados precisamente por ese defecto en su personalidad que arrastraba, por esa pérdida de contacto con sus raíces. Los recuerdos felices de cuando vivía en Nunca Jamás ya no son validos, debe encontrar nuevas motivaciones acordes con su actual desarrollo, debe de crecer, y no solamente física o mentalmente, sino también moral y espiritualmente (es difícil expresar esto y no encuentro mejores palabras).
Por su parte, su némesis, el capitán Garfio, no logra dar ese paso crucial. Siente que el tiempo está acabando con él ("Miradlo, es un viejo", dice la niña cuando cae su disfraz) y la única estrategia que encuentra para dar marcha atrás está en el pasado. No comprende que el pasado es irrecuperable. No tiene futuro, simplemente aspira a una repetición cíclica esperando que, por un milagro, en una de tantas ocasiones todo se solucione ("Te encontrarás cartas clavadas con puñales
en las puertas, Peter Pan", es más o menos la amenaza de Garfio cuando Peter abandona el juego). Esta incapacidad para cambiar acaba con él y es devorado por el tiempo (ese caimán disecado, que ya constituía esa misma metáfora en el libro original). Podría incluso comprenderse como la desparición de los temores infantiles de Peter, desde el momento en que da el relevo a sus hijos y pasa a un segundo plano, consagrando su vida a ellos.
Después están el resto de personajes, esa Wendy envejecida, amante, madre y abuela al mismo tiempo. Esa campanilla que ansía un amor imposible con un Peter adulto (aunque en el fondo sabe que la fantasía y la realidad no pueden mezclarse más que en sueños. Los niños descarriados, especialmente Rufio, viviendo a la sombra de Peter Pan, hasta que Peter regresa y ya no es tan grande como lo recordaban las leyendas, ¿o tal vez sí? (es posible encontrar aquí una relación paterno-filial, con el desengaño de comprender que el padre no es omnipoderoso y la lenta aceptación de sus verdaderos méritos y flaquezas; desgraciadamente cuando lo comprende ya no hay lugar para el en la tierra de Nunca Jamás, pues el también ha crecido, de un modo particularmente doloroso).
Pero, dejando de lado todas estas consideraciones, tenemos además un espectáculo grandioso, con decorados en ensueño, abigarradas escenas y anhelos cumplidos. Los efectos especiales son impecables (particularmente el conseguido vuelo de Peter Pan, logrado mediante complejos arneses contrapesados). Y que decir de la banda sonora de John Williams... precisamente hoy pensaba que de todas las que tengo de este compositor (39 para ser exactos) es la más lograda, la que
constituye un todo más magistral, con un corte maravilloso tras otro y temas que descubrir en cada uno de ellos. Es posible que en otras ocasiones haya obtenido momento puntuales más impactantes, pero nunca ha sido tan homogéneamente grandioso.
Otro prejuicio contra el que debe luchar la película es el de haber constituido un fracaso. ¡Ya quisieran mucho tener esos fracasos! Su presupuesto fue muy alto para la época, 70 millones de dólares, pero ya en EE.UU. lo cubrió con creces, recaudando 120 (fue la sexta película más taquillera del año), a los que se sumarían 180 más en el resto del mundo (total, más de cuatro veces su presupuesto, a partir de dos ya dan beneficios).
Y, aunque la defienda con tanto ahínco (ya son muchos años haciéndolo, desde su estreno hace doce), ni siquiera creo sea de las más conseguidas de Spielberg. Por delante de ella situaría obras maestras como "Tiburón", "Parque Jurásico", "Inteligencia Artificial" (sí, obra maestra, finales incluidos) o "La lista de Schindler"
(también situaría a las de Indiana Jones, que son obras maestras, pero dentro de su género, y al menos a su mismo nivel "E.T.", que tendría que ver otra vez pues ya hace mucho de la última).
Sergio, "Baldor"
P.D. de Akin, este tío me cae genial, mira que poner a I.A. como obra maestra ^_^
05:40 del 2003-03-13 #
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