Lo decía hace poco y lo voy a repetir. Sólo hay una clase de personas que creen los cuentos sobre las provocaciones a las Fuerzas de Orden: los que jamás protestan por nada o, al menos, los que siempre se mantienen lejos del conflicto
Historia completa aquí. Y recomiendo muchísimo leerla.
Creo que muchos firmaríamos esa opinión. Es tristemente cierto. Y yo soy uno de los que, habitualmente, protestan poco y se mantienen lejos del conflicto. Pero he visto la violencia policial de cerca un par de veces, y todavía tengo que apretar los dientes ante el recuerdo.
Me indigna, muchísimo, que un zarandeo a unos diputados sea un problema de estado, pero unas fuerzas policiales brutalmente violentas sea "limpiar una plaza". O dar una paliza a un par de personas en un callejón no tenga ninguna repercusión. No quiero con eso quitar importancia a que se presione con violencia menor a unos diputados, que es algo grave, quiero llamar la atención sobre lo otro porque el salto es enorme. Esas dos personas, como tantas otras, no se sintieron molestas por insultos y empujones, se sintieron apalizadas por la policía, un dolor físico que dura muchos días, y que a veces tiene consecuencias para toda la vida.