Yo, no soy liberal, pero imaginemos por un momento que lo fuese.
Además de trabajadores, somos consumidores. La mayor parte del empleo en nuestro país viene del mercado interno, creo haber leído que algo así como el 90% del empleo viene de PYMES. Una rebaja general de sueldos implicará un menor consumo, que ahogará la clientela de las PYMES y la sumirá en una mayor crisis. Rebajar sueldos podría beneficiar a las pocas empresas exportadoras, que sí verían reducidos sus costes mientras que no verían reducidos sus ingresos, que dependen de la coyuntura internacional, y no de la nuestra. Pero representan poca masa salarial y no tiene lógica favorecerlas a ellas perjudicando a las otras.
Sin embargo, reducir costes vía rebaja salarial es sólo una de las múltiples formas de reducción de costes, otra es mejorar la competitividad: mejores formas organizativas (que tus empleados no tengan que redactar 20 veces el mismo texto cambiando cuatro cosas, ponles una aplicación donde rellenen cuatro datos y les genere el informe ¿De cuanto trabajo repetitivo se podría prescindir?), hacer que el trabajo sea más cómodo para tus empleados para que trabajen más a gusto ¿alguien ha oído hablar de las habitaciones de ocio en google?, innovación para desarrollar productos novedosos... Naturalmente toda mejora requiere personal formado e infraestructuras ¿Es que acaso este país no ha formado legiones de universitarios muy formados? ¿No tenemos una excelente red viaria y otra de trenes igualmente buena? ¿No tenemos una excelente red de ADSL? (bueno, vale, esa no tanto, aunque ha mejorado gracias a los piratas que a base de necesitar mejores tasas de descarga han incentivado esa mejora)
¿Entonces si el problema no es la formación ni las infraestructuras? Supongamos que soy un liberal, y creo que esa parte es correcta, quizás mejorable pero correcta. Pero la productividad y el valor añadido sigue siendo muy bajo ¿Qué explicación tendría? Pues que fallan los empresarios. Que el problema de formación, productividad e innovación está en los que dirigen las empresas. La teoría dice que una empresa improductiva es sacada del mercado para que otra más pujante ocupe su lugar, y esa es la labor de una crisis, presionar por esa parte. El problema es cuando, ante una crisis, en vez de hacer el diagnóstico correcto y dejar que algunas empresas se hundan para que las capactadas para mejorar tomen su lugar, se les ayuda siempre con dinero público, concesiones, se permiten EREs innecesarios, se les permite bajar sueldos indiscriminadamente, y se cambia el marco normativo para que puedan despedir sin casi gasto. Si ayudamos a las malas empresas legislando para soportarlas, y cargando el coste en los trabajadores, lo único que hacemos es anquilosar el problema. El famoso cambio del modelo productivo del que se lleva hablando decenios y que nunca se ha concretado (en vez de eso, se vivió del ladrillo).
¿No es eso exactamente lo que está sucediendo? No lo sé, pero no me explico como ante una generación de jóvenes formadísima (a un nivel igual o superior a otros países) a mi alrededor no veo empresas tecnológicas. ¿Por qué nuestros científicos tienen que irse fuera? Quizás porque no sólo nadie los contrata aquí, sino porque ellos mismos no pueden montar una empresa que compita contra los monstruos consagrados que viven con todas las ventajas que les da su jodida interrelación con las administraciones (¿Por qué tantos empresarios están metidos en política? ¿Cuántos empresarios importantes tienen hilo directo con su alcalde? ¿Cuántos son recibidos por ministros, presidentes de autonomías o similares (algunos incluso amiguitos del alma)? ¿Por amor a su país? ¿En serio? ¿O por las ventajas que les da para sus propias empresas? Pues mientras esa red clientelar no desaparezca...)
La corrupción no es solo política, mientras la empresarial (los corrompedores) no desaparezca, no sólo no eliminaremos la primera, sino que no podremos cambiar el tejido productivo. Legislar a la medida de ellos sólo empobrecerá el país.
Que se lo pregunten a quien daba lecciones a los trabajadores día sí y día también, el ex-presidente de la CEOE Díaz Ferrán.
Vamos, digo yo.